Blog con el ideal de ofrecer información de base (atemporal) sobre tres temáticas claves: 1) el imparable crecimiento de las energías renovables como único camino posible hacia un sistema energético sostenible 2) el ahorro y la eficiencia como parte fundamental de ese camino 3) la dificultad cada vez más actual del cambio climatico y del pico del petróleo o seguridad energética.

lunes, 3 de enero de 2011

CAMBIO DE SENTIDO

Este es el mundo de hoy. Un universo que no se concibe sin ruedas. El coche ha pasado en muy poco tiempo de ser una herramienta de trabajo, a convertirse en una mascota. Y en una mascota (como es el caso de este todoterreno) que hay que saber cuidar.

Si la ciudad no se adapta al 4x4, el 4x4 se adapta a la ciudad, especialmente si tenemos este spray comprado en Internet, de barro, que lo que hace es convertir la chapa, en un safari por África en menos de lo que canta un gallo.



Con esta genial parodia (pero real, el producto existe o existió) comienza el documental “Cambio de sentido” narrado por Guillermo Fesser (Gomaespuma), que aborda todas y cada una de las particularidades del producto industrial por antonomasia, el automóvil, convertido en el icono social del progreso, ya que su posesión simboliza pertenecer a la gran clase media, y es generalmente la compra más importante después de la vivienda. Querer cambiar este actual pensamiento social, parece que sea algo utópico y poco realista.

Sin embargo actualmente está empezando a darse este cambio, aunque como es lógico, lentamente. En este documental se entrevistan a diversas personas que han conseguido romper con la adicción-comodidad-necesidad del coche, pero sin querer hacer una exhibición de ecologismo, sino que simplemente son personas que tienen comprobado por experiencia propia, como una bicicleta, es en muchos casos, una opción perfectamente análoga al aparentemente insustituible coche.

No se trata de una lucha. Al fin y al cabo, todos usamos el coche. El cambio no es válido para muchas familias con hijos, o personas que vivan en el extrarradio, pero si podría ser válido para muchas otras personas que al preguntarles, responden que teóricamente si les gustaría ir al trabajo en bici, pero que como casi nadie lo hace, las calles están repletas de coches y no se sienten seguros. Es decir, la gran masa de coches, impide por ahora un sistema mixto.

Hacemos a continuación una exposición de algunos fragmentos de este original documental (para abrir boca), pero te recomendamos que lo veas entero por tu propio disfrute (una hora de tu vida, bien invertida).




Un extracto de CAMBIO DE SENTIDO.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para entenderlo vayamos al principio de la historia. Hace muchos, muchísimos años el petróleo era solo un inconveniente. Hasta que se le descubrieron ciertas utilidades, como sellante, como aislante, y la verdad poco más. Así seguiría la cosa hasta mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando se descubrió el proceso de refinado. Esto iba a cambiar sensiblemente la percepción que tenemos del petróleo. Había nacido el oro negro.



El mundo consume unos 85 millones de barriles de petróleo al día. Alrededor del 50% se destina al transporte. Una pequeña parte de esa cantidad se usa para el transporte aéreo. Entorno al 20% es para carga, camiones. Y el resto esta destinado a los coches, al transporte de pasajeros. En EE.UU. solo el 2% de los desplazamientos es por transporte público. En Europa el porcentaje es mucho más alto, en torno al 15%, lo que significa que más del 80% restante es por coche. El presidente Bush dijo que somos adictos al petróleo. Esto es una realidad. Y también somos adictos a los coches.

Un momento. ¿adictos? ¿nosotros?

Respuestas de encuestados:
¿adicto? ¿a que se refiere?
Chocolate, correr…
Sexo.
Internet.
Ropa.
Amor.
¿adicto a algo? No.
A las mujeres.
A la tele.




¿Desde cuando caminar por la ciudad ha dejado de ser la regla, para convertirse en la excepción? En Manhattan, Charles Komanoff, analista financiero experto en transporte y energía tiene clara la respuesta. Cuando los coches son vendidos como símbolo principal de estatus y de éxito, es muy difícil resistirse, salvo que uno ya sea lo suficientemente rico, y esté lo suficientemente seguro de si mismo.




Si analizamos históricamente como eran las ciudades antes del desarrollo del coche, éstas tendían a estar mucho más integradas, porque no se podían esparcir a la gente en áreas tan extensas.



Puerta del Sol.

Es interesante ver como se produce este fenómeno. Surge tras la guerra mundial, Y aparece tras la conjunción de tres elementos importantes. Las hipotecas baratas, la búsqueda de suelo barato para materializar estas hipotecas baratas, la construcción de un gran programa de autopistas a escala nacional, y la difusión del automóvil como un instrumento doméstico abaratado por la cultura de la gran producción industrial. Al comienzo esto es lo que se llamó, el sueño americano. Lo que ocurre es que este sueño americano, ahora para muchos urbanistas, y expertos intelectuales en ese propio país, es la pesadilla norteamericana, porque el efecto de todo esto ha sido, una ocupación muy dispersa del territorio, depender del automóvil para cualquier movimiento, y en definitiva empezar a pagar la factura que se ahorró en el suelo barato en las cercanías de las ciudades, y empezar a pagarlo en clave de tiempo, en clave de despilfarro de energía …


Claramente los automóviles son diferentes de otros objetos. Si piensas en un frigorífico, no hay muchas probabilidades de que juzgues a alguien por su frigorífico. Algunos economistas consideran al automóvil como un ejemplo clásico de bien de posicionamiento, lo que significa que, además de tener una utilidad (nos permite ir de un lado a otro), también muestra un nivel social de la gente.

El profesor ha estudiado este campo en profundidad, y tiene una razón muy clara para justificar la importancia del automóvil en nuestra cultura: Sexo. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?

Un colega hizo un estudio en el cual alumnos universitarios conducían o bien un viejo coche familiar de los años 80, o bien un Porsche recién estrenado. Midió los niveles de testosterona en su cuerpo, antes y después de conducir, y los resultados fueron concluyentes. Los hombres conduciendo el Porsche por el centro de la ciudad, tenían los niveles más altos. En apariencia la idea de que los coches puedan tener relación con el sexo, parece absurda. No tiene mucho sentido. Pero cuando consideras el automóvil como una posesión, que es gran medida un reflejo de ti mismo en la jerarquía social, tiene mucho sentido. Las mujeres en todas las culturas que se han estudiado, están particularmente interesadas en reproducirse con hombres de un relativo nivel social.

Ahí lo tienen. El fruto de miles y miles de años de evolución de una especie.



La principal causa de los accidentes de tráfico es, la falta de civismo de la gente, es decir, no hay más. El no pensar en los demás. Debemos darnos cuenta toda la sociedad, de todo lo que estamos perdiendo detrás de cada accidente. Si fuésemos capaces de darnos cuenta de eso, de todo lo que económicamente y sobretodo humanamente nos estamos dejando, yo creo que muchísima gente cambiaría su actitud.

Hay que tener en cuenta que los accidentes, no son tales. Es decir, se habla de accidente cuando no lo es. Son siniestros que se provocan por la actitud del ser humano, casi siempre, sea por acción o por omisión.



Yo si era medio consciente de que el coche es un vehículo que va rápido, y que tiene mucha energía cinética, y que uno se puede dar un tortazo. Si. Si era consciente. Y eso me genera un poco de… si, de aprensión.


En Madrid no es tan extraño encontrar a gente como Joan, que no considera al automóvil, algo fundamental en su vida cotidiana. Sin embargo el miedo de Joan a sentarse tras un volante le ha hecho ir un poco más lejos.

No tengo coche. No tengo carné de conducir. Mi mujer no tiene coche. Mi mujer no tiene carné de conducir. En algún momento de mi vida, me quería sacar el carné de conducir, y ahora si que he asumido que no me lo quiero sacar. Y he alcanzado un cierto equilibrio con eso. Mi mujer creo que un poquito menos.

Su mujer: Hombre, es que tener el carné estaría bien. No echo de menos, no tener coche. Echo de menos, no saber conducir.

Joan y Doisi optaron por mantener su modo de vida, incluso tras la llegada de Bárbara. Fíjate que cuando ella nació, nos planteamos un motón de cosas. Del trabajo que teníamos, del dinero que ganábamos, del barrio en que vivíamos, del tipo de casa. Y cambiamos en algunas cosas. Pero en el coche no, la verdad es que no.



Sin embargo hay un problema. La gente si acepta y asume que uno, puede no tener coche. Lo ven de una manera un poquito paternalista, un poquito condescendiente, como pobrecito, no tiene coche. Y en seguida suponen, no tiene coche porque no tiene dinero para comprarse un coche. Pero ya cuando ven que no es que no tengas coche. Que no tienes carné. Que no te lo quieres sacar. Ya les sorprende más. Y tratan de demostrarte que necesitas un coche. El ejemplo MacGyver: Si estás tú, en la Casa de campo, con tu abuela, se pone enferma, y hay un coche, pero solo quedas tú, y no la puedes llevar al hospital, y la ambulancia no responde ¿Qué haces? Claro te quedas ahí diciendo, ¿que hago? Pues, pues, pues, no se lo que hago. Pero no voy a cambiar mi plan de vida, por una posibilidad tan nimia.


Estás en el centro de Madrid. Estás tragando contaminación. Llegas a primera hora, te vas a última hora tragando Benceno, Nitrógeno, Dióxido.

Muchos de mis compañeros llevan la mascarilla. Nosotros la ropa que tenemos, echada a lavar semanalmente, es negra, no sale el negro. O sea, eso en un tejido. Aquí dentro imagínate. (señala los pulmones)


Entra en escena Jaime Terceiro, antiguo presidente de Caja Madrid. Se ha puesto demasiado énfasis en las últimas décadas en los objetivos a corto plazo, tratando de no tomar medidas hoy, simplemente porque sus consecuencias se van a ver a medio y a largo plazo.

Terceiro ha dedicado los últimos años al estudio del cambio climático, y su efecto en la economía. Las valoraciones de los últimos informes cuantifican los impactos del cambio climático en términos económicos, como en una pérdida del producto global entre el 30% y el 60% en horizontes de 50 años. El sistema de transporte en general, donde el automóvil, es el elemento básico y crucial, es el responsable del 20% de la generación de gases de efecto invernadero.


Lo que está pasando con el automóvil desde unos años a esta parte es que se ha demonizado. De forma un poco hipócrita, ¿no? Porque todo la gente usa el coche. La gente es verde porque le dan subvenciones, o pagan menos impuestos. Así, de motu propio, la gente no es verde.


Un concepto muy conocido es el del cenit del petróleo. El cenit del petróleo se alcanzará cuando se hayan acabado la mitad de las reservas mundiales. Ese será el final de la era del petróleo, porque no nos podremos permitir su precio a partir de ahí. ¿Cuándo ocurrirá esto? Entre el 2012 y 2020, dependiendo si creemos a los expertos optimistas o a los pesimistas. El petróleo per cápita llegó a su cenit en 1979. Eso significa que si distribuimos todo el petróleo del planeta a partes iguales, todo el que existía en 1979, ese era el máximo que cada persona podría tener. Hemos encontrado más petróleo desde 1979, pero la población crece más rápido y cuando China e India decidieron sumarse a la segunda revolución industrial, trajeron con ellos a un tercio de la humanidad.



En Enero de 2009, por primera vez en la historia, las ventas de coches en China, superaron a las de Estados Unidos, y cuatro de cada cinco de esos compradores, nunca antes había poseído un automóvil. Las autoridades chinas están eliminando las bicicletas de las carreteras, para dejar espacio a coches y conductores. Y hace falta eliminar 10 bicicletas, para dejar espacio a un solo automóvil.



Creo que los retos a los que nos enfrentamos en esta generación, no tienen precedentes en la Historia. No los tienen. Realmente estamos en un punto de giro para la raza humana, y las otras criaturas de este planeta.

Lo que tenemos que hacer es volver a plantearnos nuestro paradigma económico. Replantearnos nuestro concepto de libertad, y crear una tercera revolución industrial, en la que mientras reformulamos el automóvil, también reformulamos nuestra filosofía de vida, y el verdadero valor y significado de nuestra existencia.


Este es mi coche. Es un Pontiac Catalina de 1964. Lo compré cuando tenía 25 años.



Hasta aquí la historia de Alex sería como la de tantos y tantos angelinos, pero hay algo más.

Crecí en Los Angeles sin tener un vehículo. Mi madre nunca tuvo un coche. Un día fuimos a Disneylandia por mi cumpleaños. Tuvimos que levantarnos a las cuatro de la mañana, para poder coger un bus que tardaba tres horas. Luego tuvimos que esperar dos horas más. Bajarnos y coger otro bus, y luego otro, mientras que una persona en coche puede llegar en 40 minutos, o menos.

Desde pequeño siempre quise tener un coche. Quería que mi madre tuviera uno y poder ir a cualquier lugar. Pero eso, nunca sucedió. Hasta que un día compré este coche. Poco a poco me fui dando cuenta de lo mucho que lo odiaba. Pero no era consciente de que lo estaba odiando. Conducir en tráfico, no quería que me lo rozaran, siempre estaba preocupado por donde aparcar, de que alguien me lo robara. Todos estos pensamientos paranoicos empezaron a formarse en mi cabeza. ¡Llegó a ser ridículo para mí! Ya tengo un coche, pero ahora estoy peor.

Y hace años que Alex decidió cambiar el volante por el manillar de su bicicleta, y hasta ahora no parece haberse arrepentido de ello.


Me han golpeado. Me han echado fuera de la carretera. Es gracioso, porque cuando voy por la calle a veces me gritan: ¡Que no eres un coche! Y yo le respondo: ¡Tú tampoco eres un coche, eres una persona dentro de un coche!



Mi nombre es James Black, y me muevo en bicicleta por los Angeles. Vivo aquí desde hace seis años. Tuve coche durante dos, hasta que afortunadamente se rompió. No es que no me gusten los coches. No me gusta conducir con tráfico. No me gusta el estrés. No me gusta tener que buscar aparcamiento a un kilómetro de mi casa y a mitad de la noche.

Mucha gente que monta en bici, se tira el rollo y dice que lo hace por salvar el planeta. Yo no lo hago por eso. La superioridad moral sobre los conductores es tan solo un extra. Disfruto yendo a hacer la compra a pie, o en bici. Tengo una bicicleta de carga en la que cabe tanta cerveza como pueden consumir mis amigos. Como ciclista siento un cierto placer malsano al ver subir el precio de los carburantes.



Henry Ford se consideraba un conservacionista. Murió en 1947. Para entonces, el coche ya estaba en todas partes. Y Ford empezaba a tener sus dudas.




Sabemos que el petróleo se va acabar. Que no va a estar ahí para siempre. ¿Cuándo va a pasar exactamente? Nadie lo sabe. Pero ya empezamos a sentir la presión de su escasez.







Documental CAMBIO DE SENTIDO.






Un apunte final.

Este documental es un amplio comprimido de ideas y reflexiones (algo por cierto habitual en muchos documentales de hoy en día). Pero uno de los conceptos que más me llamó la atención, es comprobar que hay gente que hace la compra de una caja de cervezas y más cosas, con una bicicleta.

Todos hemos visto alguna foto o video de esas raras bicicletas preparadas para llevar carga, o esos extraños remolques para bici, pero al igual que se pueden ver muchos ciclistas circulando por las grandes urbes, yo en realidad he de decir, que nunca he visto a nadie yendo en bici con remolque, no ya de ruta cicloturista, sino por la compra necesaria de dos semanas.

Desde aquí, os ofrezco algunas posibilidades de este tipo de remolques (con página oficiales, o páginas donde comprarlo), para quien se atreva a dar este aparentemente difícil salto (yo mismo quiero hacerlo), que en realidad, para quien ya sea usuario de bici, es tan solo quitarse el miedo al que dirán, y convertirse en un pionero de algo que dentro de muy pocos años, no será entonces una rareza extrema.


http://www.plegabike.com/cast/accaltres.html#sink

http://files.dahon.com/support/manuals/2008/2008_kitchen_sink_guide.pdf


http://www.weber-products.de/monoporter/index.html

http://www.weber-products.de/downloads/files/weber_monoporter_anleitung.pdf


http://www.bobgear.com/catalogs/pdfs/BOB_2006_Trailer_Catalog.pdf


http://www.plegabike.com/cast/accessoris.php?model=116


http://www.plegabike.com/cast/pcity.html


Si te da curiosidad el tema, tienes el siguiente blog, que empezó a andar en 2007, para los entusiastas estadounidenses del porteado por bici.

http://www.biketrailershop.com/blog/2007/02/deliver-anything-by-bike-trailer/

Al final nos quedan dos reflexiones verdaderas:

1) El coche privado es el máximo consumidor de petróleo, hoy en día.
2) Cuando llegue el Peal Oil, necesitaremos intercalar el uso motorizado, con la eficiente tracción humana lograda en la bicicleta, allí donde sea posible.