Blog con el ideal de ofrecer información de base (atemporal) sobre tres temáticas claves: 1) el imparable crecimiento de las energías renovables como único camino posible hacia un sistema energético sostenible 2) el ahorro y la eficiencia como parte fundamental de ese camino 3) la dificultad cada vez más actual del cambio climatico y del pico del petróleo o seguridad energética.

viernes, 22 de abril de 2011

EL LENTO FINAL DE LA ENERGIA NUCLEAR.

Si hipotéticamente la radiactividad no tuviese efecto nocivo alguno sobre la vida humana, animal, y vegetal, simplemente estaríamos hablando de un tipo de energía proveniente del Uranio, que se está agotando.

Los combustibles fósiles, además del cambio climático, son los responsables últimos de una población excesiva y una agricultura intensiva, que está devastando buena parte de la faz del planeta. Pero la nuclear es perniciosamente peculiar. Ninguna otra industria energética, tiene el peligro potencial (y real) de contaminar vastas extensiones de kilómetros cuadrados para los siguientes milenios, con una continuada ocurrencia de cáncer y defunción, durante dichos milenios.

Si nos vamos al país nuclear por antonomasia (Francia), parece que el efecto Fukushima, está teniendo consecuencias. Uno no sabe si pensar si las siguientes dos noticias, son solo una campaña, y una contracampaña, o verdaderamente son dos distintos “estados de ánimo” de una población que está cambiando de parecer según avanzan los acontecimientos.

Sondeo 15 Marzo: La mayoría de los franceses quiere la energía nuclear

Sondeo 31 Marzo: La mayoría de los franceses rechaza la energía nuclear

Da igual. Aparquemos por ahora, cualquier aspecto del debate (el eterno debate). La industria nuclear es plenamente consciente de su declive, pero lógicamente quiere sobrevivir, e intentar comunicar que existe un “renacimiento nuclear”.

La realidad es otra, y es fácilmente contrastable. Muchos años antes que Fukushima, fue en 1986 cuando se produjo el verdadero punto de inflexión de la energía nuclear, a raíz de Chernóbil. Desde entonces se construyen muy pocas centrales (que aumente el global respecto a las que cesan), y las que hay, son cada vez más viejas.


http://www.worldwatch.org/system/files/NuclearStatusReport2011_prel.pdf

Ahora con Fukushima, no es de esperar que este estancamiento vaya a mejorar, sino todo lo contrario. Este año, pueden causar baja 13 reactores. Al muy probable cierre de los 6 reactores de Fukushima, hay que sumar el cierre provisional por tres meses (que puede ser definitivo) llevado a cabo por Alemania con sus 7 centrales más antiguas construidas antes de 1980 (ya en 2001 Alemania aprobó una ley que preveía el cierre de sus centrales nucleares tras un periodo de 32 años).

En cualquier caso no debemos fijarnos en lo que haga un país mayoritariamente antinuclear, a semejanza de lo que siempre hace el lobby nuclear (siempre pone como ejemplo a Francia), sino que hay que analizar el global mundial. Las verdaderas consecuencias del nuevo desastre nuclear, serán la suspensión de nuevos proyectos (como ha hecho China), y para aquellos que no se cancelen, el incremento de los costes financieros.

Observando el gráfico anterior, como la mayor parte del parque mundial, está por encima de los 20 años, a pesar de que se siguen construyendo nuevas centrales, éstas influyen o pesan muy poco, en el cálculo de la edad media actual de 26 años. También se observa que se inauguran muy pocas centrales cada año, y hay que tener en cuenta que cada central inaugurada empezó a construirse una década antes, ya que ese es el tiempo medio de construcción. Pronunciar frases como “actualmente hay 56 unidades más en construcción” es una artimaña dialéctica porque parecen muchas, pero en realidad hay que dividir este número por 8 o 10, para obtener el número de centrales que “nacerán” cada año.

En el informe “The World Nuclear Industry Status Report 2004”, la edad media era de 21 años. En el informe “The World Nuclear Industry Status Report 2007”, la edad media era de 23. Y en el informe “The World Nuclear Industry Status Report 2009”, era de 25. Es decir que el parque mundial, sigue envejeciendo un poco cada año. Otra causa más de esto, es que la edad de cierre de cada reactor es de 22 años de media, algo menos que la edad media global. Puede que en el informe que se haga dentro de 5 años, tengamos una edad media cercana a los 30 años. Y esto no es una proclama antinuclear. Es sencillamente la conjunción de tres elementos inamovibles: construcciones históricas, cierres históricos, y matemática elemental.


Es inevitable. En pocos años se hará plenamente evidente que la energía nuclear, se está dirigiendo hacia una “muerte lenta”. Primero hacia un parque mundial extremadamente viejo, y después cuando cierren muchas de las centrales cercanas a los 40 años, el parque mundial “rejuvenecerá” levemente, pero entonces será mucho más pequeño. Y ya dentro de 20 años, la casi totalidad de centrales existentes, serán las pocas construidas post-Chernóbil. Ahora bien, hablar de la completa extinción de la energía nuclear, es entrar en “tierra incógnita”. Podría ocurrir en unos 50 años, o quizás podría no ocurrir en este siglo (porque algunos países persistan en mantenerla), pero en cualquier caso, si será testimonial respecto al máximo de 444 reactores.


En este y en otro artículo, pretendemos aportar luz, a tantos de nosotros, que sabemos tan poco de la compleja tecnología nuclear, como para poder cuestionarla honestamente (asépticamente de partidismos, sin manipulación informativa, y con datos rigurosos), frente a cualquier pro-nuclear que también sea honesto (un “rara avis”, aunque alguno hay).

Expondremos dos partes claramente diferenciadas. Una es sentimental, porque recuerda el 25 aniversario del devastador Chernóbil. Los sentimientos afloran al recordar la lucha a muerte por evitar un mal mayor, la extensión de la contaminación, pero sobretodo las numerosas víctimas afectadas. No queda otra. Es Historia con mayúsculas, y desgraciadamente dentro de 475 años, se seguirá recordando el quinto centenario de aquel maldito día, pero no como algo que pasó.

La segunda parte (una segunda entrada) será no obstante, una larga lista de datos técnicos, casi todos obtenidos de la trascripción literal del libro “El espejismo nuclear” de Marcell Coderch y Nuria Almiron, que os recomiendo encarecidamente. Este libro consigue hacer entender a cualquiera con poco o nada de conocimiento técnico nuclear, que estamos ante un imposible. Aun dejando de lado la peligrosidad, sigue siendo la opción energética económicamente más cara, ya que necesitará de inversión, aun cuando ya no exista. Lo veremos punto por punto.






24.000 años, 300.000 niños afectados, 600.000 liquidadores.

No se si habrás pensado alguna vez la profunda y categórica siguiente frase. “Dentro de solo 120 años, serán otros, los siete mil de millones de personas, los que habiten el mundo.”

Toda la Tierra la habitarán nuevos seres humanos, y por ley de vida no podremos estar allí. Pasado ese largo tiempo, el único vínculo de ellos hacia nosotros, serán las fotos y los recuerdos que quizás guarden cariñosamente unos pocos de nuestros descendientes. Y ya si hablamos de 200 años, suponiendo que no eres profesor de Historia, dime si puedes nombrar a más de diez personajes ilustres, que vivieron entorno al 1811.

Solo unos pocos de nosotros, tendrán el honor de conseguir un gran avance médico, como tal vez la curación de SIDA, o por ser capaces de reivindicar la paz para todo un país, como Gandi o Mandela, y estas personas excepcionales, serán recordadas a lo largo de la Historia, por ser ejemplos para el ser humano. Sin embargo también a veces personas normales y corrientes como nosotros, llegarán a formar parte de la memoria histórica, al ser partícipes de en un instante de gran trascendencia.

El fotógrafo ruso Igor Kostin tendrá su rincón en los libros de Historia por ser el primer y excepcional testigo vivo (otros dos reporteros murieron) del peor desastre ocurrido en la industria nuclear, pero seguramente deteste dicho “honor”, frente a la indignación que siente respecto al olvido de los que realmente salvaron al mundo. Un olvido doblemente inmoral, ya que no hablamos del reconocimiento de su valor, sino del abandono que sufren en vida, frente a los graves problemas de salud que todos ellos acarrean desde entonces, incluido el propio Igor Kostin.



Otras tres personas a los que la memoria histórica les hará justicia antes o después (y no basta un simple monumento dedicado a ellos) son Alexei Ananenko, Valeriy Bezpalov y Boris Baranov. Ellos fueron tres personas más, de entre los miles que murieron rápidamente en los primeros días: trabadores de la central, bomberos, militares, médicos, etc. Sin embargo, estas tres personas demostraron tener un valor, que está muy por encima de una escala uno al diez. El blog “La pizarra de Yuri” les hace un magistral homenaje, rememorando frases tan simples y contundentes como “Yo iré.” y “Yo iré con vosotros”.

http://lapizarradeyuri.blogspot.com/2010/04/los-tres-superheroes-de-chernobyl.html


Pasado de Chernóbil: 600.000 mil hombres se dejaron allí, buena parte de sus expectativas de vida, o sencillamente ya están muertos. La población fue expuesta a una radiación 100 veces mayor a la de la bomba de Hiroshima, mas de 400.000 personas fueron evacuadas, y 2000 aldeas fueron destruidas.

Presente de Chernóbil: Los niños son los que hoy en día, sufren las peores consecuencias, porque sus cuerpos se están desarrollando. Numerosos niños nacen con malformaciones congénitas, por contaminación durante el embarazo, y 300.000 tienen alguna afección debido a la radiación.

Futuro de Chernóbil: Hasta dentro de veinticuatro mil años, habrá que seguir reaislando el sarcófago, o construir otros nuevos a modo de muñeca matrioska. Entre los muchos radioisótopos contenidos, uno es el plutonio-239, con un periodo de semidesintegración tan largo como 24.000 años, y es sumamente mortal. ¿Alguno de ustedes quieren ser los nuevos liquidadores para el nuevo sarcófago, por un buen sueldo?

Estos son los tributos concedidos en el pasado y en adelante, a aquel desastre que se pensaba era imposible. Y cuando pasaron los años, también se volvió a decir que “otro Chernóbil era imposible” (independientemente de que Fukushima sea mucho menos grave).

Los elementos radiactivos que se dispersaron fueron varios, pero cada uno tuvo una expansión distinta. El plutonio-239 está disperso en un territorio relativamente pequeño.


Sin embargo el isótopo Cesio-137 se depositó por toda Europa, en mayor o menor medida. Tiene un tiempo de desintegración de 30 años, y es especialmente peligroso por que el cuerpo humano lo confunde con Potasio, y se acumula en los músculos


http://www.unscear.org/docs/reports/annexj.pdf

He aquí una carta de un jefe de sala de control de una central nuclear, que quiere permanecer en el anonimato, ya que no le gustaría que el lobby nuclear “utilice” sus declaraciones, lo cual le honra. Expone que ellos son todos trabajadores muy preparados, y que se entrenan asiduamente con simulacros de crisis. Lo que ha pasado en Fukushima refuerza todavía más su convicción de que trabaja en un lugar seguro, y que tiene muchas más posibilidades de tener un accidente, cuando viene al trabajo en coche. En todo esto, le doy completamente la razón, y además se perfectamente que la gente de los pueblos cercanos, está encantada de tener la central como soporte económico. Trabajar en una central nuclear es algo muy seguro y concienzudo. Pero su análisis se queda ahí.

Yo siempre comparo la energía nuclear, con la aviación moderna. Este medio de transporte es muy, muy seguro. Al igual que la nuclear tiene todos los sistemas críticos por triplicado, y si hay un incidente serio, se estudia para que no vuelva a ocurrir en otros vuelos. Es la forma de viajar con menor número de accidentes, por número de trayectos realizados. Si un vuelo cae, no tienes casi probabilidades de sobrevivir, pero que eso ocurra es una verdadera lotería negra, mucho más improbable, a que te toque la de Navidad.

La diferencia (la gran diferencia) entre la aviación y la nuclear, es que si tengo tan mala suerte de coger ese vuelo, me mato yo, y 150 personas más, pero ahí se acabo todo. Ese altísimamente improbable avión, no mata a miles de personas, no provoca enfermedades a cientos de miles, y no deja a mi país en la más absoluta miseria, donde nada se puede cultivar. No pierdo la cosecha de este año, sino la de cientos o miles de años. Generaciones y generaciones futuras, seguirán sufriendo las consecuencias, y para aquellos afortunados que no las sufran porque vivan a suficiente distancia, tendrán como mínimo que seguir vigilando y costeando el aislamiento de mis residuos durante miles y miles de años. Mucho más tiempo que la edad de las pirámides de Egipto.

Por eso, si cojo un vuelo, no tengo el más mínimo miedo, y en cambio detesto la nuclear por muy segura que ésta sea. Ningún pro-nuclear, puede cuestionar estos hechos, o decirme que tengo miedo irracional. Lo puedo decir más alto, pero no más racionalmente.

Y si crees que lo de Chernóbil, fue algo sumamente único (como ciertamente es único un terremoto de grado 9 más tsunami, o como también fue único el atentado a las torres gemelas, que bien podría haber tenido “otro” objetivo), a continuación tienes un análisis de la probabilidad de accidente nuclear grave (con fusión del núcleo y escape radiactivo).

Se estima que la tasa teórica actual es de 1/10000 por reactor y año, lo cual significa un accidente cada 10.000 años si sólo funcionara un reactor, o de un accidente cada diez años si tuviéramos mil reactores funcionando. La industria afirma, sin muchas pruebas, que los nuevos diseños cuentan con medidas de seguridad adicionales que reducirán esta probabilidad en un factor de diez, es decir, que la nueva generación de reactores sufrirá sólo 1/100.000 accidentes graves por reactor y año. De ser cierto, significaría que para un parque de 2000 reactores (como proponen algunos) tendríamos un accidente grave cada cincuenta años, la tasa que la industria considera “socialmente aceptable”.

Por tanto, resulta evidente que ninguna central es segura al ciento por ciento, como prueba el hecho ya indicado de la negativa de las compañías de seguros a cubrir la responsabilidad civil de las centrales nucleares en caso de accidente.

El espejismo nuclear.


Dejando los cálculos predictivos a un lado, y mirando la historia, han pasado unos cincuenta años de despegue nuclear (al principio habían muchas menos centrales, de las 437 actuales), y ya vamos por 4 accidentes de nivel 5 o superior (uno cada 12 años).

Seguramente desconozcas este otro accidente nuclear de Nivel 6, acontecido en 1957, que las autoridades de la Unión Soviética lograron permanecer oculto al gran público hasta la década de los 90.




http://en.wikipedia.org/wiki/Kyshtym_disaster

http://simple.wikipedia.org/wiki/Mayak_accident


Por último ¿sabías que el escape radiactivo más importante de España, se produjo en Madrid, en plena Ciudad Universitaria? El siguiente enlace tiene tintes políticos, lo cual nunca me gusta, pero es el mejor que he encontrado, porque aporta una gran cantidad de noticias fuentes publicadas.

http://palestradigital.wordpress.com/2011/03/18/ciudad-universitaria-madrid-1970-el-accidente-nuclear-que-franco-silencio




Contado por quienes vivieron o viven Chernóbil.

“La batalla de Chernóbil” es un documental emitido recientemente en La noche temática, que describe muy verídicamente, todo lo que fue, y ha supuesto actualmente esta catástrofe. A continuación vamos a extraer tan solo unos fragmentos de especial interés.



Con el calor el bloque de cemento situado bajo la masa incandescente corría el riesgo de resquebrajarse, y de que el magma empezara a filtrarse. El agua con la que trataron de apagar el fuego había quedado embalsada debajo de ese bloque de cemento. Si el magma radiactivo entrara en contacto con el agua se desencadenaría una explosión aún más devastadora que la primera. Se convocó a los mayores expertos del país.


Vasili Nesterenko estaba trabajando para tratar de mejorar los misiles nucleares intercontinentales de la Unión Soviética. “Si el calor conseguía romper el bloque de cemento, la mezcla de 1400 kilos de Uranio y grafito, habría entrado en contacto con el agua, y se habría producido otra explosión.”

Si se diera esa situación, la reacción en cadena provocaría una explosión comparable con una bomba atómica gigantesca. “Nuestros expertos estudiaron esa posibilidad, y llegaron a la conclusión de que la explosión habría alcanzado una fuerza de entre 3 y 5 Megatones. Habría asolado Minsk, una ciudad situada a 320 km de Chernóbil, y Europa habría quedado inhabitable.


Para los cientos de miles de refugiados a causa de la fuga atómica, y para los cientos de miles de veteranos que combatieron en la batalla de Chernóbil, la lucha contra el enemigo invisible no ha terminado. Todos siguen sufriendo los efectos de la radiactividad a la que estuvieron expuestos. En los meses posteriores a la catástrofe, los liquidadores desbordaron los hospitales de todo el país. 20 años después, quienes han sobrevivido siguen visitando con frecuencia la unidad especializada del hospital número 6. Todos son víctimas de los que los especialistas han denominado el "Síndrome de Chernóbil".

Todos tenemos diversos síntomas. Problemas cardiacos, hepáticos, digestivos, renales y del sistema nervioso. Nuestros organismos quedaron muy afectados por los cambios metabólicos que nos causó la radiación y la exposición química.”


Estos hombres no tenían ni 30 años cuando fueron enviados a luchar contra la energía atómica. Hoy no han cumplido aún los 50, y luchan como ancianos por sobrevivir. Según las autoridades militares, 20.000 de los 500.000 liquidadores de Chernóbil han muerto y 200.000 sufren una minusvalia oficialmente reconocida.


En 1991, tras la disolución de la Unión Soviética, una diputada del Soviet Supremo, descubrió que las verdaderas consecuencias del desastre de Chernóbil, se habían estado ocultando de forma sistemática. Aprovechando la anarquía que reinaba en el país, pudo hacerse con una copia de un documento secreto de 600 páginas. Un informe para el Comité Central que se había escrito mientras se libraba la batalla de Chernóbil.

"Cuando leí este documento, descubrí que todo había ocurrido de otra forma, y hasta que punto nos habían mentido los líderes del partido. Según el decreto número 12, el 12 de Mayo de 1986, ya se había hospitalizado a 10.198 personas, 345 mostraban indicios de lesiones por radiación. Mientras tanto, a nosotros nos estaban diciendo que todo estaba bien, que no pasaba nada grave. Me di cuenta de como nos habían estado mintiendo."


Otro fragmento revela que las autoridades, habían modificado arbritariamente los valores. Habían quintuplicado la dosis de radiación que se consideraba aceptable para el cuerpo humano. "De pronto al cambiar el baremo, la gente se curó milagrosamente. Les daban el alta en el hospital, y los mandaban a casa. ¡Fue vergonzoso!"

“El elemento más peligroso derivado de la explosión del reactor de Chernóbil, no fue el Cesio, ni el Plutonio, sino las mentiras, fue la mentira del 86. Así es como yo la llamo. Una mentira que se propagó como la radioactividad por todo el país, y por el mundo entero.” El 17 de Abril de 88, segundo aniversario del desastre, el académico Legasov que había trabajado tanto para revelar la verdad, decidió acabar con su vida.

Los opositores mas acérrimos a la política soviética de transparencia, fueron los franceses que llegaron a negar que la nube radiactiva hubiera pasado sobre su país. 20 años después en Francia, y en particular en Córcega, se registran casos de cáncer de tiroides de la misma naturaleza y gravedad que los de las regiones cercanas a Chernóbil.


Hoy en día, 8 millones de personas viven en zonas contaminadas de Ucrania, Rusia, y en especial Bielorrusia. Llevan 20 años alimentándose con los productos contaminados que se cultivan en la zona. Esta fue una de las cuestiones que la delegación rusa planteó en la conferencia de Viena de 1986, que se ignoró cuidadosa y estratégicamente. Entre 1986 y 2002 se ha operado a 1150 niños de cáncer de tiroides en un centro especializado de Minsk. ¿Cuántos más habrá en otras ciudades? Aún no se ha publicado ninguna estadística a escala mundial.


Youri Bandajevski es un médico que ha estado estudiando las enfermedades de las poblaciones cercanas, desde la catástrofe. Cuando publicó sus hallazgos en 1996 fue detenido y condenado de inmediato. Lo sentenciaron oficialmente por un delito de corrupción, y paso cinco años en la cárcel. En Noviembre de 2005 seguía bajo arresto domiciliario. "Esto es lo que ocurre, si la madre se contamina con Cesio durante el embarazo. En una sola familia, se producen todo tipo de deformaciones: labio leporino, carencia de algún ojo, cráneos deformados." Estos son embriones de hámster alimentados con hierba contaminada de la región de Gomel.

Actualmente en Bielorrusia, hay 300.000 niños que sufren las consecuencias de la radiación. Algunas ONG como la Cruz Verde Internacional, fundada por Gorvachov tras dejar el gobierno en 1991, han abierto centro de asistencia sanitaria y apoyo a las víctimas de Chernóbil. También realizan campamentos terapéuticos para enseñar a las nuevas generaciones de las zonas contaminadas como convivir con la radioactividad. Por ejemplo enseñándoles a comprobar cual es el grado de contaminación de los alimentos.

"¿Cuanto años más continuaremos con esto? ¿800? ¿Hasta que nazca el próximo Jesucristo? ¿Hasta que regrese?"


"Chernóbil nos demostró la verdadera magnitud de las consecuencias de que la energía nuclear esté en manos del ser humano. Calculamos que nuestro misil más potente, el SS-18, la cabeza nuclear que más temían los Estados Unidos, tendría el efecto de 100 Chernóbils. Y disponíamos de 2700 misiles así. Eran los misiles destinados a los estadounidenses. ¡2700! Imaginen el grado de destrucción."


Se esta construyendo otro sarcófago, pero su construcción ya lleva 10 años de retraso. Es una estructura de 108 metros de alto que cubrirá el primer sarcófago y cuyo coste asciende a 1000 millones de dólares. Se ha establecido un fondo internacional bajo la dirección de Hans Blix.

20 años después de la explosión, el magma del núcleo del reactor ya enfriado, que sigue a 14 metros bajo tierra, continua siendo una terrible amenaza que perdurará en los años venideros.

"Rezo a Dios para que el sarcófago no se derrumbe. Eso sería lo peor que podría ocurrir, porque en su interior hay 100 kilos de plutonio. Un microgramo es la dosis mortal para el ser humano, lo que significa que hay plutonio suficiente para envenenar a cien millones de personas. La vida media del plutonio, es decir, el tiempo necesario para que la mitad del plutonio desaparezca son 245.000 años. Es una partícula que podemos considerar eterna.”





Un segundo documental, enfatiza la repercusión que Chernóbil ha tenido en los niños. PERO NO RECOMIENDO ESTE DOCUMENTAL, SI NO TIENES UNA FUERTE ENTEREZA.

Aunque es muy humano (se ven a muchas personas ayudando a estos niños), EN DETERMINADOS MOMENTOS CONTIENE IMÁGENES QUE HIEREN FUERTEMENTE LA SENSIBILIDAD. Por ejemplo no recomiendo ver 12’ 30’’ – 14’ 00’’.


http://www.mediafire.com/file/fimhy48pfpjmtkl/CDCH.part1.rar

http://www.mediafire.com/file/vpxmd45sgdskvtp/CDCH.part2.rar


Aquí tienes un largo listado de ONGs y asociaciones, que tramitan la acogida de un niño de Ucrania o Bielorrusia en Verano. Aunque parezca que tan poco tiempo sirva de poco, en realidad, gracias a una buena alimentación, consiguen reducir su nivel de radiactividad entre el 30% y el 40%, según datos del instituto independiente de seguridad radiológica BELRAD.

http://www.venconnosotros.es/index_archivos/enlaces_acogimiento_ninos_chernobil.htm


"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos"

Antiguo refrán indio.

jueves, 21 de abril de 2011

DESMANTELANDO LA FALSA PROPAGANDA DEL LOBBY NUCLEAR.

Los términos propaganda o marketing van unido a dinero. No quiero ofender a nadie, pero no me gustan esas profesiones, por el hecho de que muchas veces (aunque no siempre) se basan en la falsedad. Tantas veces he visto, cómo se pretende vender lo que sea, que en el mejor de los casos, no se cuestiona si es verdad o no lo que se dice, si es bueno o malo, o sencillamente si es conveniente o no. Todo ello a través del arte de aparentar decir verdades, o algo que necesitas, y que en realidad todo se acomoda a intereses comerciales.

Cada uno es libre de pensamiento. Cada uno puede ser antinuclear o pronuclear (viva de ello, o no). Y si alguien piensa distinto a ti, debe ser respetado, a lo cual el término “falsa propaganda" puede parecer que no lo hace.

Pero es que dentro ámbito nuclear-político-eléctricas, es bastante fácil encontrar muestras de “falsa propaganda”. Juzgar por vosotros mismos, la siguiente forma de hacer periodismo sobre Chernóbil, que he querido capturar como imagen por si lo quitan o lo cambian.


http://www.elmundo.es/especiales/2006/04/ciencia/energia_nuclear/sabiasque.html


Un mito clásico arraigado: “España compra electricidad nuclear a Francia”. Es tan fácil de desmontar el mito, que ni si quiera hace falta contarlo con palabras. Basta con mirar los gráficos de los informes de REE sobre intercambios positivos y negativos de electricidad.


http://www.ree.es/sistema_electrico/pdf/infosis/Avance_REE_2010.pdf


Ya más sutiles, son algunas declaraciones sobre Garoña, tales como “La central de Garoña es absolutamente necesaria para garantizar la economía del país.”, cuando tan solo produce el 1,43% de la electricidad en la península, y cuando exportamos 3 veces más que dicha producción.


Un análisis profundo de la continua marejada que siempre existe al nombrar esta energía, es el siguiente artículo.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Mentiras/atomicas/elpepisoc/20090619elpepisoc_1/Tes


En el post anterior ya dije que, para poder aportar datos técnicos e históricos sobre la energía nuclear (no soy experto) voy a citar textualmente numerosos párrafos (como el siguiente) del recomendable libro “El espejismo nuclear”. Con estas citas, quiero tratar de desmentir, dos de los mitos-eslogan más usados por la nuclear.

“El punto de arranque de la operación que trata de reanimar la opción energética nuclear puede situarse en 2001, tras la creación del Foro Internacional de la Cuarta Generación (GIF)

Poco después de la creación del Foro Internacional de la Cuarta Generación, la industria nuclear inicio una ronda masiva de fichajes para captar a los mejores expertos en imagen (directores de comunicación, asesores políticos, relaciones publicas, etc.). Con ellos arrancó una campaña informativa dirigida a los creadores de opinión (analistas, periodistas, agentes…) y a los políticos”





Eslogan uno: Reduce la dependencia energética exterior.

Tras doscientos años de explosión energética por la era de los combustibles fósiles, la nuclear que surgía hace poco más de 50 años, parecía que era la única opción tecnológica, con la capacidad suficiente de proporcionarnos nuestras demandas de energía, cada vez más crecientes, para cumplir el sueño de poder desligarnos de los combustibles hidrocarburos. No ha sido así, y cada año es menos cierto.

“A lo largo de la última década se ha reducido el número de reactores operativos y se han clausurado más centrales de las que se han inaugurado. Entre 2004 y 2007, con un incremento Globex de la generación eléctrica de más de 135 gigavatios anuales, solo un 1,5 por ciento de este incremento fue satisfecho mediante energía nuclear. Captar únicamente el 1,5 por ciento del crecimiento del mercado es señal inequívoca de que se está en una trayectoria que lleva a la desaparición.

Reiteramos que estos son datos históricos. Pero incluso si obviamos la tendencia reciente, y suponemos (por arte de magia) una perspectiva de futuro crecimiento al máximo posible, ya en 2004, Marcel Coderch nos aportaba el siguiente análisis que desmontaba a la nuclear como una opción plausible.

En la actualidad hay en el mundo unas 450 centrales nucleares que producen el 12% de toda la electricidad que se consume en el mundo, lo cual equivale al 5% de toda la energía consumida. Por tanto, sin considerar incrementos de demanda, para producir toda la energía eléctrica que el mundo consume hoy habría que construir unas 3.600 centrales adicionales que posiblemente pudieran cubrir cerca del 40% de toda la energía que consumimos.
Teniendo en cuenta que se tarda unos 10 años en construir una central nuclear, que se tardaron más de 15 años en construir las 450 centrales actuales, y aún suponiendo que a pesar de que desde los años 70 prácticamente no se han construido nuevas centrales, todavía disponemos de la misma capacidad de construcción que en la década álgida de los 60, tardaríamos 120 años en construir las 3.600 nuevas centrales. Incluso suponiendo que duplicáramos la máxima capacidad que tuvimos, no podríamos terminar la construcción antes de 60 años.”

http://www.crisisenergetica.org/staticpages/index.php?page=20040622091631543


Otro problema que se torna imposible de solventar, es el largísimo retorno energético.

“El proceso de construcción de una central es tan intensivo en consumo energético que, una vez terminada, se requiere un periodo de funcionamiento continuado de entre siete y catorce años, según los modelos de reactor, para recuperar la inversión energética realizada. Pero esta ganancia no es tan inmediata como parece, si en lugar de atender a lo que sucede con una sola central analizamos un programa de construcciones continuadas. Si consideramos un programa de construcción de una central al año, resulta que la acumulación de déficit energético, no se traduce en un saldo energético positivo hasta transcurridos unos veintiocho años. Es como si una familia que no llega a fin de mes, buscara la solución contratando un plan de pensiones.


Un eufemismo-falacia relativo a la dependencia energética, es que habitualmente se denomina a la energía Nuclear, autoabastecimiento, sin tener extracción de Uranio en el país. Del mismo modo, podríamos decir que “todos nos autoabastecemos de petróleo” también.

Y si hubiese un incremento masivo de la nuclear, el Uranio se agotaría en pocas décadas. Actualmente, la energía nuclear, es energía obtenida de un elemento que está en déficit, respecto a oferta minera extractiva, y la demanda existente.

En 2004, los 365 gigavatios de capacidad nuclear mundial consumieron unas 67 kilotoneladas de uranio (aproximadamente 180 toneladas de uranio por gigavatio y año), de las cuales 36 procedían de minas en explotación y otras fuentes secundarias (es decir de producciones anteriores). Las previsiones para el parque actual (suponiendo que tuviera solo un crecimiento vegetativo) cifran la producción minera de uranio en 50 kilotoneladas anuales para 2015, y hay que tener en cuenta que se prevé un importante déficit a partir de 2010, para cuando finalice el desmantelamiento de las armas nucleares y se hayan consumido los stocks rusos, tal como indica la tabla sobre oferta y demanda”


“Teniendo en cuenta que la producción anual nunca ha superado las 68 kilotoneladas, que la capacidad de producción actual es cercana a las 45, y que el potencial de las minas conocidas es limitado, la única posibilidad de satisfacer incrementos en la demanda supondría el descubrimiento y puesta en producción de nuevos e importantes yacimientos. Según Tim Giztel, vicepresidente de Areva, el período que transcurre entre el momento en que se detectan señales de escasez en el mercado de uranio y se obtiene una respuesta a esas señales en forma de aumento del suministro es de veinte años, y este ciclo no podría comprimirse de ningún modo.


Ya si miramos que supone la nuclear en el mundo, no ha resultado ser nuestra tabla salvadora. Tras 50 años, ni siquiera ha superado a la hidráulica, y solo proporciona un poco más de 5% de la energía primaria mundial, mientras la hidráulica lo hace con un 6%.


http://gregor.us/nuclear/the-myth-of-energy-breakthroughs




Eslogan dos: Segura, limpia y barata.

¿Limpia?


http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-pesadilla-desechos-nucleares/1069816

Ya no nos acordamos, pero si no fuera por estos molestos testigos de Greenpeace, la gente no se hubiera indignado al ver estas imágenes (como igualmente se volvió a indignar en 2002, al ver los bidones corroídos y vacíos) y quizás hoy se seguiría haciendo, esto que antes era lo habitual.

“Desesperada por el enorme volumen de sus residuos radiactivos y el elevado coste de su gestión, la industria nuclear arrojó en la Fosa Atlántica, desde 1967 a 1982, hasta 142.000 toneladas de estos residuos. El total de radiactividad de esa cantidad supera el millón de curios (como comparación, en el área inmediata a Chernóbil se liberaron durante el accidente de 1986 cerca de 130.000 curios).”

http://www.marm.es/es/ceneam/articulos-de-opinion/09047122800ceb29_tcm7-141800.pdf

Hoy en día ya no se arrojan barriles nucleares al mar, pero sin embargo si continúan otras liberaciones menos llamativas. En el norte de Francia, existe un continuo vertido de partículas radiactivas, al aire y al mar, en una fábrica de reprocesamiento de combustible.



“Aquí nos encontramos justamente en línea con la tubería de desagüe de residuos radiactivos, que proceden de la fábrica COGEMA de La Hague. La tubería penetra en el mar y vierte su contenido a 1700 metros del cabo de La Hague. A través del conducto que pasa por debajo de nosotros se arroja al mar cada año, el equivalente a 33 millones de litros con residuos nucleares. Si esos productos se acondicionasen en barriles, desde 1993 estaría totalmente prohibido deshacerse de ellos.


Las muestras de sedimentos y agua recogidas alrededor de la tubería de descarga de La Hague por Greenpeace entre 1997 y 1999, resultaron ser tan radiactivos que en el Reino Unido se clasifican como residuos radiactivos de nivel intermedio. El agua de La Hague se encontró que era 17 millones de veces más radiactiva que el agua de mar normal, con una actividad de partículas beta de hasta 216.000.000 becquerelios por litro con respecto a los 12 becquerelios por litro de agua de mar normal.
El análisis fue realizado por el laboratorio independiente francés radiológico ACRO. Si se eliminara de la costa, sería ilegal el transporte de dichos residuos bajos las leyes Europeas. Desde el Convenio de Londres de 1993, está prohibida la eliminación de residuos nucleares en el mar. Sin embargo, esto es en realidad lo que Cogema hace diariamente. La respuesta inicial de Cogema a las pruebas de sedimentos de Greenpeace fue sabotear el equipo de muestreo bajo el agua en tres ocasiones en una sola semana.


http://www.bredl.org/pdf/Cogemafile100102.PDF


He aquí un resumen técnico de todos los problemas y dificultades de la energía nuclear francesa:

http://beyondnuclear.squarespace.com/storage/France_Fact_Sheet_09.pdf


Pero es que el choque mental que se produce al llamar “limpia a la nuclear”, no se restringe solo al momento final. En todo el camino de principio a fin, se generan desechos radiactivos.

“Durante la extracción de mineral, se acumulan grandes cantidades de material descartado que se dejan expuestas a la lluvia y al aire. Debido a estas dos causas rutinarias, desde los años sesenta se han dispersado millones de toneladas de polvo tóxico de las minas de uranio. En Estados Unidos, miles de indios navajos padecen cánceres provocados por las minas de uranio localizadas en sus territorios, y se calcula que hasta 265 millones de toneladas de restos de polvo de uranio contaminan el sudeste norteamericano. En Kazajistán, otros cien millones de toneladas de restos de uranio, permanecen acumuladas en el exterior de la mina de Aktau, al albur del viento que dispersa el fino polvo del material sobrante abandonado.

El proceso de enriquecimiento o reprocesamiento del uranio genera unos desechos similares, lo que se denomina uranio agotado o empobrecido. Algunos estudios indican que la mayor fuga de emisiones radiactivas a lo largo del ciclo nuclear se produce en la fase de reprocesamiento del combustible gastado (hasta el 80 por ciento de todas las emisiones radiactivas).

En 1991, Estados Unidos utilizo uranio empobrecido para aumentar la capacidad de penetración de las armas antitanque utilizadas por sus soldados en Irak, Kuwait, y Arabia Saudí. Lamentablemente, la práctica de utilizar uranio empobrecido en el armamento bélico, contaminando a los soldados que lo utilizan y a los civiles no se limita a la guerra del Golfo sino que forma parte ya del arsenal militar convencional.”




¿Segura? Creo que esta pregunta quedó claramente respondida, con el ejemplo de la aviación dado en la entrada anterior.



¿Barata? No vamos a discutir. De antemano vamos a suponer un kWh nuclear muy barato.

El coste de desmantelar una central, es aproximadamente el mismo que el de crearla, y los costes de almacenar los residuos durante miles de años, se le aplique o no una tasa, nunca podrán costear el almacenaje para miles de años. El largo futuro de los residuos nucleares no es responsabilidad de las eléctricas, porque entonces su coste sería inasumible para ellas. Es el Estado el que asume, lo inasumible.

Con un coste de kWh nuclear muy barato (recuerdo que estamos hablamos como suposición), sería lo de siempre, coger la peor elección de “pan para hoy, y hambre para mañana”, que últimamente tantos problemas parecidos se nos han venido encima: Dinero facil con hipotecas desorbitadas en donde “entraba” el coche, el déficit tarifario eléctrico, agotamiento de los caladeros en todos los mares, agotamientos de los acuíferos, agricultura intensiva que agota la fertilidad de la tierra, etc.

Es muy rápido y fácil hablar de miles de años, pero son periodos de tiempo tan grandes, que no estamos acostumbrados a cuantificarlos mentalmente. “Hace 5.000 años el Sahara era un vergel, hace 7.000 años no existía el canal de la Mancha y hace 10.000 años terminaba la última era glacial.”

Y supongamos una vez más, que el coste de producción kWh nuclear, es baratísimo respecto al resto de energías. Eso a ti y a mi, no nos va a suponer ningún ahorro, ya que toda la electricidad se paga igual en el pool, y cuanto más baratas sea producirlas (hidráulica y nuclear ya amortizadas) pues mayor margen de beneficios para las eléctricas. Por eso a éstas les interesa que se cierren las centrales cuanto más tarde mejor, pero no tienen ningún interés en crear nuevas, porque requieren para ello inmovilizar un enorme capital, que no dará beneficios hasta 6-8 años después.

Es sabido que el dinero, además de no tener patria, es muy cobarde (antes de Fukushima) y los numerosos riesgos regulatorios, económicos, tecnológicos y medioambientales que se afrontan (antes de Fukushima) disparan los tipos de interés de la inversión "en este campo que ronda los 5.000 millones de euros por central”. Ya lo decía claro y contundente un informe del Citibank poco sospechoso de «radicalismosideológicos» publicado en Noviembre de 2009, con el elocuente título de “Nuclear: la economía dice NO” (https://www.citigroupgeo.com/pdf/SEU27102.pdf).

http://www.fundacionrenovables.net/pdfs/20110327abc.pdf


Domingo Jiménez Beltrán afirmó que el debate no debe durar más de medio minuto. “¿Quieren nucleares? ¡Pues hágalas!”. No se harán, no habrá empresa que invierta su patrimonio, banco que preste el capital necesario, ni gobierno que se atreva por la vía de la subvención.

Sergio de Otto


Como ya se mostró al principio en la entrada anterior, la tendencia histórica mundial de la nuclear, es a menos. Al envejecerse y al no haber muchas nuevas construcciones, se dirige hacia una “muerte lenta” pero segura (como quien recibe una radiación excesiva). Después de Fukushima, esto parece ser aún más cierto, sobretodo a nivel financiero.


http://www.greenconduct.com/news/2011/04/21/financial-sector-reactions-to-the-fukushima-crisis