Blog con el ideal de ofrecer información de base (atemporal) sobre tres temáticas claves: 1) el imparable crecimiento de las energías renovables como único camino posible hacia un sistema energético sostenible 2) el ahorro y la eficiencia como parte fundamental de ese camino 3) la dificultad cada vez más actual del cambio climatico y del pico del petróleo o seguridad energética.

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿QUIEN PUEDE PREDECIR EL FUTURO?

Nos negamos a aceptarlo pero el siguiente dibujo, resume perfectamente la situación actual, y la futura nada halagüeñas.


http://europe.theoildrum.com/node/5731

Es muy simple de entender. Toda la economía se basa en última instancia en el precio de la energía. Hace solo 7 años, el barril valía 30$.


Siempre digo que al concepto “peak oil”, habría que quitarle la palabra oil, porque confunde el peligro. Las consecuencias importantes no serán las restricciones (pequeñas o más grandes), sino las consecuencias económicas.


http://seminariospiensos.org/mercados9/Presentaciones/9.4.%20-%20Mariano%20Marzo%20-%20UB.pdf

Pero para nuestro país, el peor dato de todos, es inapelable. Aun siendo como somos, uno de los países más punteros en renovables del mundo, paradójicamente la dependencia energética de España es del orden del 80%, y tan solo intentar reducirla en esta década a un objetivo razonable del 70%, se antoja como algo imposible, dada nuestra historia reciente.


http://energy.publicdata.eu/ee/vis.html

Es preciso aclarar que países como Francia, tienen en el anterior gráfico, una baja dependencia del 50%, gracias a que la energía nuclear se la considera “autoabastecimiento” a pesar de no explotar sus propias minas de uranio, y del mismo modo, en España también “nos autoabastecemos de la nuclear”, aunque en realidad no exista producción nacional de Uranio, ni tampoco se lleve a cabo aquí, el proceso de enriquecimiento de la llamada en ingles yellow cake (la pasta amarilla).


http://www.chemcases.com/2003version/nuclear/nc-06.htm

Para poner de relieve nuestra situación, un solo dato es muy clarificador. Solo conseguimos extraer en nuestro territorio, el 0,2% del petróleo que consumimos (hemos marcado con un circulo la rayita, porque casi ni se ve). Y frente a este ridículo porcentaje, hay quien “utiliza” la aplastante verdad de la dependencia energética para justificar nuevas prospecciones petrolíferas, como si con el 0,4% (tendríamos que duplicar nuestra actual producción) resolviéramos la dependencia energética.


http://www.publico.es/dinero/364712/el-fin-del-petroleo-barato-obliga-a-un-cambio-de-habitos

En nuestro país tenemos que remontarnos a 1985, para encontrar un razonable porcentaje de dependencia del 61% (los combustibles fósiles se mantenían estables, y el “autoabastecimiento nuclear” crecía en aquellos años).


http://www.idae.es/boletines/boletin43

http://es.wikipedia.org/wiki/Energ%C3%ADa_en_Espa%C3%B1a

Al mismo tiempo, parece contradictorio el hecho de que somos el cuarto país del mundo, con más electricidad renovable nueva, si excluimos a la antigua gran hidráulica (que ya no puede crecer mucho más), y ya en 2010, el 35% de la demanda eléctrica fue cubierta con renovables.


http://www.nytimes.com/2010/08/10/science/earth/10portugal.html?pagewanted=1&_r=1

Esta aparente contradicción de muchas renovables y muy dependientes, se explica básicamente por el hecho de que casi la mitad de la energía consumida en España, es petróleo, y ese petróleo casi nada tiene que ver con la electricidad (solo un 1%), y por lo tanto tampoco tiene nada que ver con la producción de las renovables, o de las nucleares. Un 65% de éste petróleo, es usado en España para el transporte.


Es decir ante este altísimo porcentaje del 65%, imaginemos que hipotéticamente en X años, estuviésemos forzados a reducir nuestras importaciones un 13% (se ha elegido esta cifra porque era el petróleo que nos suministraba Libia, así que no es tan hipotético). Repetimos que lo verdaderamente grave sería la inflación desorbitada por la fuerte demanda y la escasa oferta, pero si solo hablamos de a quien quitarle su trozo de tarta, lo más seguro es que el sector del automóvil fuese la principal y única cabeza de turco.

Ese aparentemente simple 13%, si es aplicado en su mayoría al sector del transporte, supondría pasar del 65% a un 52%, es decir una reducción del 20% en todo el sector transporte, pero si suponemos que aviones, barcos y trenes siguen gastando lo mismo (por no ser vehículos particulares), entonces esa reducción del 20% se convertiría en una reducción del 25% en coches privados, del 25% de furgonetas, y del 25% de camiones que tendrían que abandonar las carreteras para que salieran los cálculos. Ese 25% de reducción, se obtiene del dato del 78,9% de petróleo-transporte que es consumido en España en carretera:

78,9% - 20% = 58,9% y 58,9% * 100% / 78,9% = 24,65%

Ahora bien, si suponemos un recorte petrolífero muy a futuro del 30%, mejor ni hacer cálculos sobre coches privados, porque entonces muy probablemente, el colapso llegaría a cualquier actividad económica.


http://www.idae.es/boletines/boletin48

Volviendo a la electricidad, el eterno debate renovables-nucleares-ciclos combinados, si tiene su razón de existir en el sistema eléctrico, ya que éste es un juego de suma cero como el sudoku, y cuantas más renovables haya (van a seguir creciendo en los próximos años), menos serán las importaciones de gas, lo cual también cuenta en el nivel de dependencia energética (un 24% del total de energía primaria).

Pero insistimos que el núcleo gordiano de nuestra dependencia, no es la electricidad , es el petróleo. La electricidad es el único apartado energético que está haciendo los deberes, y hace apenas 12 años, no existía casi eólica. Pero aunque logremos alcanzar algún año, un 50% de electricidad renovable, seguiremos siendo un 70% dependientes. Desde los años 60, la industria automovilística consiguió arrinconar a la del ferrocarril. La gran cantidad de nuevos kilómetros de carreteras nacionales, autopistas y autovías, frente a la exigua inversión en la red ferroviaria, nos cuenta que nuestra apuesta histórica reiterada durante décadas, fue la de la movilidad privada y el transporte de mercancías por carretera, frente a un ferrocarril cada vez con menos peso.

Nuestra orografía peninsular es muy montañosa, con lo que el desarrollo de una amplia red ferroviaria, era mucho más costoso que el transporte por carretera, el cual sin embargo nos hace ahora consumir mucho más combustible.






Tantos años perdidos.

Hay un dicho popular que dice que los políticos gobiernan, como si condujeran un coche mirando al capó, es decir, a 4 años vista.

¿Queremos disminuir nuestro 80% de dependencia energética? Evidentemente si, pero no un si, con la boca chica. Pues entonces se deberían aparcar las continuas luchas políticas partidistas, y actuar en medidas que atajen una gran cantidad del petróleo que consumimos, antes que, o en conjunto a otras propuestas de menor logro, que entonces también serán bienvenidas.

La utopía es, que todas las fuerzas políticas se unieran por una vez, para que a partir de ahora (ya que no se ha hecho antes) se potenciara el ferrocarril y sobretodo el de mercancías, y se duplicase (que se dice pronto) el transporte publico en ciudades.

Todo esto ya se ha dicho mil veces. El problema es que para obtener resultados significativos, hay que esperar 5 o 10 años, durante los cuales se debe invertir muchísimo dinero. No veo probable que todo esto ocurra, porque en primer lugar, casi nadie ve la importancia de reducir la dependencia energética. Seguimos inaugurando carreteras, autovías, y nuevas terminales aeroportuarias, y a todos nos parece bien. Es decir, seguimos sin querer disminuir nuestro 80%. Quizás despertemos, con el barril a 150$. O quizás a 180$.

Hace ahora ya 34 años, un presidente se atrevió a pedir cambios de sacrificio energético a los conciudadanos de su país, una vez pasados los peores momentos de la crisis de los 70. Esto era un “suicidio político”. La opción más fácil para un político, es la de no hacer nada, si no lo exige la gente. Aunque sus medidas cayeron en saco roto, su discurso de 1977 es plenamente actual. Si fuese emitido hoy en día por televisión, más de uno pensaría que es perfectamente válido frente a la coyuntura actual. Han pasado 34 años, y ni siquiera somos capaces de reconocer que hemos perdido todo este tiempo.



Siendo consecuente con lo que pedía, instaló paneles solares en la Casa Blanca en 1979, una instalación simbólica por supuesto. Siete años más tarde, dicha instalación fue desmantelada en la era Reagan, a “causa” de una reparación del tejado. Sin querer poner en duda la veracidad de dicha reparación, la fotografía muestra un tejado robusto y perfectamente transitable.

Pero es lógico. ¡Si tienes que reparar una fachada, tiras a la basura el evaporador del aire acondicionado instalado en la fachada! ¿Que poderes dictan verdaderamente, en el edificio representativo de la democracia de este país?


Pienso que la Historia, pondrá a Jimmy Carter en un lugar de honor, y será recordado como un presidente adelantado a su época, en cuanto lleguemos al despertar general del cenit del petróleo en los años venideros.

Y el despertar vendrá dado por la difusión de imágenes, no ya de carreteras vacías, pero si, al ver como desaparecen las retenciones en las grandes ciudades. Quizás todavía entonces, seguiremos confundiendo crisis económica, y crisis energética.


Interconexión Dusseldorf-Wuppertal durante una prohibición de conducción. Alemania, 15 de Noviembre de 1973




¿Una crisis económica o una crisis energética?

Cuando en el 2004, el barril estaba a 30$ ¿y quién de nosotros hablaba hace unos cinco, de una posible futura crisis mundial? Si tu no, te aseguro que yo tampoco. No lo imaginaba, y si alguien me lo hubiera sugerido, debo reconocer que le hubiera respondido algo así como que, si llegase una crisis, ésta afectaría principalmente al sector inmobiliario por su continua desmesura, pero que no creería que los pisos fueran a bajar de precio, o lo harían muy poco. Cuantas veces habíamos oído por entonces, este “dogma”. Como dice el título de este artículo: es muy difícil predecir el futuro. Hace solo cinco años, cada uno vivía su vida, ajeno a lo que se avecinaba.

Sin embargo en 2006 el economista, Nouriel Roubini supo vaticinar todo lo que ha pasado, aunque claro, nadie le hizo caso, ya que todos los años, hay pronósticos de todos los colores, y para cada postura que lanza alguna advertencia, siempre existirán otros detractores.

Pero entonces ¿las especulaciones que derivan en crisis financieras, son casi indetectables e imprevisibles?. Si nos vamos mucho más atrás en el tiempo ¿no aprendimos nada de la gran especulación acontecida hace ahora más de 80 años? Como dijo Albert Einstein: Lo único que podemos aprender de la Historia, es que los pueblos nunca aprenden de ella.




No estamos en la gran depresión de 1929. La situación no es tan dura como entonces, pero a esta que parecía solamente una crisis económica, se le acaba de unir una crisis energética, que en realidad son la misma. Es vital que nos percatemos de dicha igualdad, para actuar debidamente, hacia el cambio de paradigma, hacia un decrecimiento ordenado.

El experto “profeta energético” Jeff Rubin, apuesta por la progresiva desaparición del coche en los próximos años (entrevista del 2009), propone invertir en transporte público, y cree que la actual recesión la causó los 3 dígitos del precio del barril (en el 2008), ya que el incremento de los precios básicos, hizo que a quienes se les concedieron hipotecas desorbitadas respecto a su poder adquisitivo, no las pudieran pagar.






1956: Aquí empezó todo.

Como no recordar al que “empezó todo esto”.


“Nuestra ignorancia no es tan vasta, como nuestro fracaso para usar lo que conocemos.”

Quizás dentro de unas décadas será común referirse a Marion King Hubbert como un visionario de nuestra historia moderna. Hasta 1956, año en que creó y expuso su modelo, nadie se había planteado cual podía ser el límite en el tiempo, de la enorme expansión energética de nuestra época.

Hay que entender que el contexto en que lanzó su advertencia, hace más de 50 años, era excesivamente precoz. Los optimistas de entonces decían: "esto es una locura, estamos encontrando 6 barriles de petróleo por cada uno que consumimos."

Ignorado por muchos de sus colegas, ya en 1970 cuando llegó el cenit predicho por Hubbert, a los Estados Unidos, entonces si muchos geólogos le alabaron por la precisión que supo hacer en sus cálculos. En la siguiente entrevista de 1976, lanzaba la nueva predicción de 1995 como pico mundial. A pesar de este error, puede que el “cierre del grifo” que llevó a cabo la OPEC durante los años 70, haya retrasado en una década el peak oil mundial, y además desde el 2005 hasta ahora, ya vivimos en una meseta en la producción.



Estoy completamente seguro de que, este ya póstumo científico, va a ser referenciado mundialmente de tal forma, que su apellido va a perdurar en la memoria tanto como el apellido “da Vinci”. Pero también analizando un poco su biografía, vemos como en su vida no solo fue un profeta moderno de la energía, sino también un crítico de nuestro estilo de vida derrochador.

“Nuestras principales limitaciones son culturales. Durante los últimos dos siglos no hemos conocido otra cosa que un crecimiento exponencial y, paralelamente, hemos evolucionado a una equivalente cultura de crecimiento exponencial, una cultura que depende tanto de la continuidad del crecimiento exponencial para su estabilidad, que es incapaz de ajustar cuentas, con los problemas derivados de un no crecimiento.”

http://en.wikipedia.org/wiki/Hubbert_peak_theory


Quien iría a pensar que elegir la profesión de geólogo, y trabajar para la empresa petrolífera Shell, acabarían siendo los cimientos de un modelo que explicaría la causa subyacente de por qué el mundo está a punto de cambiar en las próximas décadas (si no lo hace mucho antes).



Hace justamente 10 años, el experto Richard Heinberg, escribió esta “Carta desde el Futuro”, donde jugando con el tiempo, imaginaba como será nuestro futuro.

http://sites.google.com/site/sinpetroleo/biblioteca/heinberg3

“En la era en que yo nací, algunos comentaristas solían comparar la economía global con un casino. Unas pocas personas obteniendo billones de dólares, euros y yenes a través del comercio de monedas, bonos, compañías y operaciones a futuro. Ninguna de estas personas hacía realmente nada útil; simplemente realizaban sus apuestas y en numerosas ocasiones obtenían ganancias colosales. Si seguías la cadena, podías ver que todo el dinero salía de los bolsillos de la gente común, pero esa es otra historia. De todos modos: En última instancia toda esa actividad económica dependía de la energía, del transporte y las comunicaciones a escala global, y de la fe en las monedas. Pero a principios del siglo veintiuno el casino colapsó. Gradualmente empezó a funcionar un nuevo paradigma. Del casino global pasamos a los mercados de pulgas locales.”





¿Y si quiero convencer a un amigo?

El siguiente anuncio de una empresa petrolífera, te plantea la siguiente cuestión:

¿Habéis pensado alguna vez, cuanto depende nuestra vida actual, de los productos derivados del petróleo?



Cuando tu estás convencido, y hablas sobre ésta temática a un amigo, no es que quieras algo de él, ni pretendas traumatizarle. Simplemente crees en tu deber advertirle (precisamente porque es tu amigo), aunque solo se convezca a si mismo levemente.

Una herramienta muy útil para esto, puede ser el siguiente poster. Púlsalo para agrandarlo. Nota que se ha añadido el subgráfico pico de EE.UU., al igual que el indicativo descendente del petróleo convencional mundial, ya que se quiere poner en evidencia la similitud con respecto a la búsqueda de petróleo no convencional, una vez que empezó el declive del convencional, y que supuso un alivio por un tiempo en los EE.UU.


http://www.oilposter.org/posterlarge.html

De venta en: http://www.atlasbooks.com/marktplc/02690.htm

Yo pedí uno, con un coste total de 15$ + 17$ por envío. Lo compré porque considero que puede ser idóneo, en algún encuentro de “ciudades en transición”. Si te fijas en la versión de hace 5 años, incluso eran más optimistas que lo que ha acontecido (referente en, hasta donde alcanzaría el pico máximo, y en que año).

http://www.theoildrum.com/story/2006/6/8/232421/6344

Aun si se cumpliera la predicción propuesta en el gráfico del 2010 al 2020, nótese que este rectángulo sigue siendo una producción descomunal, pero el problema insistimos, será la inflación derivada del más mínimo recorte, y este recorte puede sea mayor del esperado, ante la creciente demanda de los llamados países emergentes, llamados BRIC countries, es decir, Brasil, Rusia, India y China.

Nuevamente hemos de reconocer que estamos hablando de futuro, y nadie tiene la bola de cristal, pero aun siendo lo más escéptico posible, el riesgo es claro, y ante ello, lo único sensato es empezar a tomar medidas por el principio de precaución.

Aún así, también encontrarás quien te afirme textualmente que “no te preocupes” (en un periódico de tirada nacional), porque “según los niveles actuales de consumo, hay petróleo para 50 años, o incluso hasta 90 años”.


http://www.abcdelasemana.com/2010/12/16/hubbert-o-cornucopia

Efectivamente. El poster que indicabamos arriba, también muestra que hay petróleo para 50 años, pero ¿en que cantidad? Últimamente, lo que más preocupa son toda aquella gente que tiene hijos, pero que no tiene tiempo ni recursos para indagar esta problemática.

Te sugiero el siguiente ejercicio. Colorea mentalmente en el poster “peak oil”, todos los años de tu vida. Si por ejemplo, ya estás cercano a los 40 años, significa que un 70%, la mayor parte de tu vida va a transcurrir en la época de máxima extracción. Al final resulta que somos más o menos afortunados.

Y digo más o menos, porque ya si hablamos de petróleo per cápita, la época de máxima extracción per cápita, hace ya más de 30 años que pasó.


http://dieoff.org/page224.htm

Sin necesidad de compararnos con el siglo pasado, daré un solo ejemplo. Pregunta a tus padres ¿quien era el privilegiado que tenía lavadora en España en 1960?


Río Manzanares. http://www.rayosycentellas.net/madrid/?p=412

http://somosserestecnologicos.blogspot.com/2009/05/lava-que-lava-la-lavadora-electrica.html


Pero como decía antes, es por los pequeños que viven ahora su infancia y juventud, por los que hemos de trabajar para cambiar hacia un nuevo modo de vida. Lento, con alguna energía, pero sin ningún derroche en lo más mínimo. Esto no tiene porque ser negativo, una vida decepcionante. Nuestros tatarabuelos, si tenían para vivir, eran felices. El peligro es que el cambio sea de golpe, en muy pocos años. Entonces si sería traumático.

Sin embargo la reacción más habitual, con la que me encuentro muchas veces, es: “cuando empiece todo, empezaremos a cambiar hacia esto, o a lo otro, o restringiremos el consumo”. El principio del documental “Un año sin petróleo”, muestra un símil perfecto del comportamiento humano, frente a los presagios de un peligro, aun no manifiesto.

“Hay muchos datos de archivos relativos al comportamiento de los pasajeros de un barco, cuando se está hundiendo. Hay un hecho común. Que los pasajeros no se suben inmediatamente a los botes salvavidas, sino que suelen esperar por lo general hasta el último momento. Esto es así porque cuando tienen que decidirse entre lo conocido y lo desconocido, la gente suele optar por lo conocido, aunque sea la peor opción. Esto suele ocurrir especialmente, cuando el barco se hunde poco a poco, y aún, hay luz y calor en los camarotes. Nadie se precipitará hacia los botes salvavidas. La gente empezará a racionalizarlo. ¿Tenemos verdadera certeza de que se está hundiendo el barco? ¿Realmente estaremos más seguros en los botes salvavidas? Seguro que la tripulación reparará la vía de agua. El capitán nos dirá lo que hay que hacer. Alguien vendrá a ayudarnos. Pero ... tenemos que elegir.”






Un futuro casi eléctrico.

Esa es mi apuesta. Estos pocos párrafos, son mi pensamiento imaginario no soportado con referencias, como si se ha hecho en el resto del artículo (puedes ignorar estas líneas, solo lo hago por mojarme un poco). Muchos lectores “doomers” encontrarán miles de argumentos para contradecirme, y muchos lectores “recién llegados” les parecerá una reflexión demasiado precipitada y tremendista.

Al menos para los próximos 20 o 30 años, no creo que el Sistema Eléctrico caiga. No sé si habrá aviones a tan largo plazo, pero prefiero hablar sobre lo que si creo que permanecerá. Por mucho que cueste el gas, se pagará por él, antes que usarlo como calefacción para las casas particulares, y las renovables serán más caras, pero baratas comparadas con el gas, y seguirán creciendo a cada año.

Claro que es seguro, que la electricidad se encarecerá inexorablemente cada año (ya lo hace actualmente), y también es probable que se reduzca la potencia máxima de cada consumidor, o se regule mucho el coste en horarios pico.

No estoy diciendo, que todo serán coches eléctricos. Los habrá, pero en los próximos cinco o diez años, todavía serán muy baratos, comparados con los precios que puedan alcanzar a medio plazo, cuando el barril se dispare a 250$ o 300$, que salvo se descubra otras baterías, ocasionará que la demanda litio sea excesiva. Quienes compraran coches eléctricos hasta entonces, serán después unos privilegiados, como también lo serán los ricos, que podrán pagarlos cuesten lo que cuesten.

Calentar una casa, con un radiador eléctrico, será prohibitivo en coste. Pero es que calentar agua en un termo eléctrico (lo cual yo hago), también. Nos veremos obligados a cambiar estos consumos (quien pueda, y como pueda) o a pagar por ello un alto coste. En otro artículo ya hice una propuesta algo ingeniosa, pero los vecinos no me dejaron.

En fin. Repito una vez más, que nadie puede adivinar el futuro.



Hemos de reconocer que todo esto es una carrera de fondo, y precisamente reconociendo un punto de partida con mucho camino por recorrer, podemos empezar con soluciones pequeñas, pero soluciones, al fin y al cabo.

El siguiente artículo es una continuación de este, que pretende indagar en estas alternativas (que es lo que más nos interesa a todos) que presuponen una situación extrema de muy poca energía disponible, como por ejemplo están viviendo o han vivido, algunas ciudades de Japón.

Lógicamente son alternativas limitadas, pero algunas de ellas también son plenamente funcionales. Creo que sería mucho mejor poder hablar desde la experiencia propia, y en eso estamos.


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