Blog con el ideal de ofrecer información de base (atemporal) sobre tres temáticas claves: 1) el imparable crecimiento de las energías renovables como único camino posible hacia un sistema energético sostenible 2) el ahorro y la eficiencia como parte fundamental de ese camino 3) la dificultad cada vez más actual del cambio climatico y del pico del petróleo o seguridad energética.

viernes, 25 de noviembre de 2011

MONSANTO. MENTIRA TRAS MENTIRA.

Es fácil oir de Monsanto la calificación de “corporación criminal”, o la “multinacional psicópata” (total falta de escrúpulos, sin sentir culpa). Estas afirmaciones pueden parecer exageradas, y aunque ni mucho menos son infundadas, para quien no conoce en absoluto su historial, de primeras pueden sonar a tremendismo. Si es la primera vez que oyes hablar de Monsanto, te aseguro que con tan solo la información aquí expuesta (sobretodo no te pierdas los videos), tu mismo podrás hacerte la siguiente pregunta ¿es posible mayor acumulación de perversidad, que la de esta compañía?.


Sobre Monsanto, se pueden contar cientos de historias para denunciarla. Sin embargo hay una forma de hacerlo que es sencilla y contundente. Consiste en enfocar la crítica en un aspecto aparentemente menor, pero que enfada a todo el mundo: la mentira.

Entrevista a Samuel Epstein que habla sobre el Proyecto de ley sobre el "crimen de guante blanco" de 1979.

«Finalmente, los trabajos de la comisión, habían definido dos categorías de sociedades culpables de crimen de guante blanco: las que disimulan intencionadamente datos, como los efectos cancerígenos de un producto y siguen vendiéndolo como si no pasara nada, y las que ocultan o destruyen informaciones y que, además, afirman que su producto es sano. Monsanto pertenece a ambas categorías.»

Absolutamente toda la actividad de esta empresa esta realizada en base a mentiras y más mentiras. A veces se trata la mentira pura y dura, o de la ocultación de graves peligros, pero la inmensa mayoría de las veces, la “mentira se hace verdad”, mediante las llamadas “puertas giratorias”. Alguno de sus directivos, consigue un cargo en alguna de las agencias estatales regulatorias (como la FDA o la EPA en América, y la EFSA en Europa), y de esta forma se consigue la “habilitación”, para que productos como Roundup, rBST o el Aspartamo sean seguros y aptos para el uso/consumo de la ciudadanía, por mucho que esto sea completamente falso.

La mentira al publico, es un acto sumamente rentable en la época que nos ha tocado vivir. Una vez permitida la puesta en el mercado de productos dañinos, por los organismos públicos a través de normativas “a la medida” de los fabricantes, (o en otros casos mediante la inacción y el mutismo prolongado de dichos organismos), existen actualmente cuatro agresiones a gran escala: 1) al medio ambiente, 2) a la salud de los ciudadanos/consumidores, 3) a la salud de los trabajadores que usan masivamente estos productos (en especial el continuo uso que hacen los agricultores de los “fitosanitarios”, con una clarísima mayor incidencia de cáncer), y 4) graves problemas de salud en animales de granja (nuestro alimento) como veremos más adelante.

Y aún en los casos en los que se gana judicialmente en los casos más graves de contaminación a la población y/o al entorno, tras muchos años de pleitos (bajo la máxima de retrasar la justicia es negarla), la multa suele ser ínfima, en comparación con el daño causado, y con respecto al enorme beneficio obtenido durante el largo tiempo de resolución. Es decir, aun pagando, sigue siendo muy rentable.

Quizás dentro de unos 200 años, alguien que estudie historia contemporánea, encontrará a Monsanto como el máximo paradigma de hasta donde puede llegar una multinacional, por conseguir un dólar más en su cuenta de resultados.

MONSANTO. No perder un solo dolar.




Esta entrada es un homenaje a Marie Monique Robin. Esta mujer, llevó a cabo durante tres años, un excelente trabajo de periodismo de investigación con su libro “El mundo según Monsanto”.

Este largo post es solo una pequeña síntesis de este libro, ya que contiene la copia literal de tres de sus historias (de las decenas contenidas) y que son como para pellizcarse, y preguntarse si uno no está soñando.



Mucha gente ha visto el documental del mismo título, pero encontrarás muy pocas que se hayan atrevido a “repetir” con el libro. He hecho este post para incitar a su lectura. Se seguro que esta lectura te resultará difícil y tediosa, por la gran cantidad de información suministrada. Aparte de las entrevistas a científicos, las afirmaciones contenidas están sustentadas en 512 referencias al final del libro (18+25+46+36+22+13+40+41+48+66+45+34+9+4+28+11+26) referencias a documentos, o páginas de Internet, muchos de ellos de índole científica. Así pues, la lectura de este post también te resultará tediosa, aunque quizás interesante, si quieres tener argumentos frente a los que opinan a favor (aunque critiquen a Monsanto), sobre la mal llamada “tecnología” de transgénicos.

Pero antes de nada, he escogido una corta entrevista hecha en 2009, que resume perfectamente quien es MONSANTO en un formato de preguntas y respuestas rápidas.



Tengo 48 años. Nací en Gourgé, pueblecito cerca de Poitiers (Francia), en una familia campesina. Soy periodista. Estoy casada y tengo tres hijas (11, 14 y 17 años). ¿Política? No me caso con nadie, mi compromiso es con la gente: por eso pongo mi pluma en la llaga. Soy agnóstica.

¿Qué es Monsanto?
El gigante de la industria agroquímica que domina el mercado mundial de la alimentación.

¿Cómo logra dominar la alimentación mundial?
Domina el mercado mundial de semillas: dominar las semillas es dominar los estómagos, la población mundial.


http://www.theoildrum.com/node/6140

¿Y cómo se logra dominar las semillas?
Modificándolas genéticamente y patentándolas. Antes de 1992 no podían patentarse semillas, y Monsanto logró que Estados Unidos lo permitiese. Hoy tienen mil patentes.

¿Es algo que debería preocuparme?
Si te preocupa qué comen tus hijos, sí. Preocúpate por las 80.000 hectáreas cultivadas con maíz transgénico en Catalunya y Aragón: ¿por qué España es el único país de Europa que acepta cultivos transgénicos?

¿No sucede en otros países europeos?
Está prohibido. Con razón: carecemos de estudios sobre los efectos en la salud humana y en el medio ambiente de los organismos genéticamente modificados (OGM).

¿Y por qué España no los veta?
En el Gobierno de España hay ahora cuatro personas relacionadas con Monsanto.

¿Quiénes?
Estoy contrastando los datos y pronto publicaré sus nombres.

¿Ese maíz es un OGM de Monsanto?
Sí, se le llama maíz Bt, iniciales de Bacillus thurigiensis: esa bacteria está en el suelo de forma natural y es insecticida. Si se usa en preparados pulverizados es eficaz, y el sol la degrada pronto: resulta inocua para el medio ambiente. Pero los de Monsanto tomaron de la bacteria el gen que produce la toxina, y lo insertaron en el genoma del maíz.

Brillante idea: de este modo, ese maíz queda blindado contra los insectos, ¿no?
Sí, pero a un coste peligroso: la toxina intoxica no sólo al piral – insecto perjudicial para el maíz-,sino también a los insectos predadores del piral (como la crisopa), y a mariposas, mariquitas, microorganismos del suelo, pájaros insectívoros...

¿Y a mí?
¿Tú comerías insecticida? Pues ese maíz insecticida pasa a harinas, chips, tacos, cereales, sopas, tortas... ¿Por qué cada día hay más alergias? ¡Son sobrerreacciones de nuestro organismo ante algo que no reconoce!

Con no comer ese maíz, ¡salvado!
No: ese maíz poliniza cultivos de maíz ordinario, contaminándolos, convirtiéndolos también en transgénicos. ¡Extinguirá el maíz natural! Y aunque no ingirieses ese maíz directamente..., se lo dan como forraje a animales que luego tú sí comerás.

¿Debo alarmarme, pues?
Mis padres eran campesinos, líderes sindicales agrarios en Francia: adoptar abonos, pesticidas convencidos de que hacían progresar la agricultura. Hoy están arrepentidos: la biodiversidad de variedades hortofrutícolas ha decrecido drásticamente..., y la mayor proporción de cánceres se da entre agricultores.

Entonces sí podemos alarmarnos...
El herbicida más vendido del mundo se llama Roundup, de Monsanto. Extermina toda la maleza..., pero no es biodegradable, y es promotor de cánceres y perturbador endocrino. ¿Cómo no vamos a padecer cada día más cánceres, diabetes, parkinson y alzheimer? ¡Mis hijas y yo ya no comemos vegetales que no provengan de cultivo biológico!


Roundup. Mentir es muy rentable.


¿Herbicidas y pesticidas dan cáncer?

¡Nacen bebés con residuos de dioxinas en sus células! Las dioxinas son derivados de síntesis químicas de laboratorio. Llegan a los bebés por lo que comen las madres.

Esto ya escalofría.
Estamos intoxicándonos. Mire el pan.

¿Qué le pasa?
Para que la espiga de trigo produzca más grano, ha sido genéticamente modificada y protegida con ocho pesticidas y varias hormonas... cuyos restos te comes en el pan. ¡Claro que hay cánceres de mama y próstata, y el esperma pierde fertilidad! Siete amigas de mi edad tienen cánceres. Ninguna amiga de mi madre lo tuvo a esta edad.

¿Y por qué no reaccionamos?
Porque priorizamos la cantidad, la producción, la viabilidad económica, el negocio, los precios... Pero este sistema acabará también con los pequeños agricultores.

¿Por qué?
Compran semillas genéticamente preparadas para ser fumigadas con Roundup, se obligan a comprar remesas nuevas cada año, y son caras. Perdemos miles de variedades tradicionales, y los campesinos acaban en manos de Monsanto, arruinándose muchos.

¿Qué pasará si se mantiene esta tónica?
Que Monsanto producirá todas las semillas... y todos los productos fitosanitarios sin los que esas semillas genéticamente modificadas no fructifican (como el Roundup, que le reporta el 30% de sus ingresos): ¡negocio redondo para Monsanto!. Si se confirma que algún producto es peligroso, lo retirarán, dándoles tiempo para fabricar otro... hasta que vuelva a demostrarse que es cancerígeno o perturbador hormonal. Y así hasta que acabemos todos estériles y enfermos.

Esto es tan tremendo... Cuesta creerle.
Tenemos ya el precedente del agente naranja. Empleado como herbicida durante decenios, su uso en la guerra de Vietnam ratificó su toxicidad cancerígena. Así que ha sido retirado. Lo fabricaba Monsanto. ¿Y qué le ha pasado a Monsanto pese a los millones de damnificados? Nada.




Su producto estrella. Roundup.

MENTIRA: Contraofensiva de MONSANTO a Marie Monique, continuando con su política de te sigo mintiendo (¿nos toman por tontos?), y su típico lenguaje de abogado



VERDAD: Conferencia en Argentina del Dr Carrasco.
(¡Atención! segundo video contiene algunas imágenes muy duras)






ENTREVISTA a Robert Bellé:

El descubrimiento del "modelo del erizo de mar", capital para la compresión de las fases precoces del la cancerogénesis, les valió el Premio Nóbel de fisiología y medicina de 2001 a los británicos Tima Hunt y Paul Nurse, y al estadounidense Leyland Hartwell.

A principios de la década actual el profesor Robert Bellé decide utilizarlo para analizar los efectos sanitarios de los pesticidas.

«...La ingestión de frutas y verduras contribuye también a los aportes en pesticidas entre los humanos. Las cifras son inquietantes, puesto que el 8,3% de las muestras de alimentos vegetales de origen francés contienen residuos de pesticidas superiores a los limites máximos y el 49,5% contienen residuos. Dentro de este panorama poco tranquilizador la región bretona ostenta una tasa récord de contaminación, que afecta particularmente a las aguas destinadas al consumo humano.»
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Así, a principios de la década actual el profesor Bellé propone al consejo regional de Bretaña llevar a cabo un estudio con el objetivo de evaluar el impacto de los herbicidas en la división celular. «Lo irónico de la historia», me explica el investigador en su laboratorio de Roscoff el 28 de Septiembre de 2006, «es que !habíamos decidido tomar el Roundup como control en las experiencias, ya que estábamos persuadidos de que este producto era totalmente inofensivo tal como lo sugería la publicidad del perro con su hueso! Y, efectivamente, la sorpresa mayúscula fue, que este herbicida nos daba unos efectos mucho más importantes que los productos que estábamos probando. Así fue como cambiamos el objeto de nuestra investigación y nos consagramos únicamente a los efectos del Roundup».



- ¿Como procedieron ustedes? - Pregunté.

- Concretamente, hicimos "poner" a unos erizos de mar, cuya característica es producir grandes cantidades de óvulos; pusimos estos ovocitos en presencia de espermatozoides y situamos a los huevos fecundados en una disolución de Roundup. Especifico que la concentración era muy inferior a la que generalmente se utiliza en la agricultura. Y después observamos los efectos del producto en millones de divisiones celulares. Muy rápido nos dimos cuenta de que el Roundup afectaba a un punto clave de la división de células, no a los mecanismos de la propia división celular, sino a los que la controlan. Para comprender la importancia de este descubrimiento, hay que recordar el mecanismo de división celular: cuando una célula se divide en dos células hijas, la copia en dos ejemplares del patrimonio hereditario, bajo la forma del ADN, da lugar a muchos errores. Hasta 50.000 por célula. Normalmente se activa automáticamente un proceso de reparación o de muerte natural de la célula atípica (lo que se llama apoptosis). Pero puede ocurrir que la célula escape a esta alternativa (muerte o reparación) porque el punto de control de los daños de ADN está afectado. Es precisamente este checkpoint el que resulta afectado por el Roundup. Y por esa razón nosotros decimos que el Roundup induce las primeras etapas que conducen al cáncer. En efecto, escapándose a los mecanismos de reparación, la célula afectada va a poder perpetuarse bajo una forma genéticamente inestable; y hoy sabemos que ella puede construir el origen de un cáncer que se desarrollará treinta o cuarenta años más tarde.
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«Evidentemente, en seguida comprendimos la importancia que nuestros resultados podían tener para los usuarios de Roundup», explica, «puesto que la concentración del herbicida en el origen de las primeras disfunciones, es 2500 veces inferior a la recomendada en pulverización. De hecho, una gotita basta para afectar al proceso de división celular. Esto quiere decir que para utilizar el herbicida sin restos no solo hace falta llevar un mono y una mascara, sino asegurarse de que no haya nadie en quinientos metros a la redonda...

Herbicida Roundup vendido como seguro.


Un tanto ingenuamente, nos dijimos que Monsanto no debía de estar al corriente, porque si no, estas recomendaciones figurarían en las instrucciones de empleo, y les comunicamos nuestros resultados antes de publicar el estudio(*). Hay que decir que su reacción nos sorprendió mucho: en vez de estudiar seriamente nuestros resultados, respondieron un tanto agresivamente que todas las agencias reglamentarias habían concluido que el producto no era cancerígeno para el ser humano y que, de todos modos, ¡a nadie le interesaba el cáncer del erizo de mar! ¡Es todo excepto un argumento científico! Se diría que ni siquiera saben que si el “modelo del erizo de mar” ha valido un Premio Nóbel a sus descubridores, es precisamente porque se sabe que los efectos medidos en una célula de erizo de mar son perfectamente extrapolables al ser humano...»

(*) Glyphosate-based pesticides affect cell cycle regulation


Recomiendo especialmente la lectura del libro de Marie Monique, a cualquier científico, ya que también se pone en evidencia la “quiebra” de la independencia científica en muchos de los organismos oficiales, en históricas instituciones de prestigio, y en revistas de renombre. Y sin embargo frente a tanto engaño, nada de esto lo conoceríamos los ciudadanos de a pie, de no existir los llamados “lanzadores de alertas”, científicos, que en base al ideario ético del bien común por encima de todo, tuvieron el valor de denunciar, a pesar de suponerles a muchos de ellos, la pérdida de su puesto de trabajo y el reconocimiento de toda su carrera (es fácil decirlo, pero es como bajar a los infiernos). La denuncia es la función que tienen las agencias regulatorias estatales, pero éstas han sido corrompidas, y actualmente hacen lo inverso, protegen al infractor que daña a los ciudadanos (de forma clamorosa la americana FDA), pero la europea EFSA también tiene lo suyo. Una vez más, el principal fallo está en el último eslabón, en la corrupción institucional.


Controversia de conflicto de intereses en EFSA:

http://www.corporateeurope.org/publications/exposed-conflicts-interest-among-efsa%E2%80%99s-experts-food-additives

http://www.laleva.org/eng/2011/09/efsa_boss_we_were_pressured_by_industry_to_hijack_science_.html






POSILAC. La FDA aprueba lo inaprobable.

«POSILAC, o rBGH, o rBST es el producto más controvertido que haya autorizado nunca la FDA» Michael Hansen

MENTIRA:



VERDAD:




EL ETIQUETADO.

El 5 de noviembre de 1993 la FDA concedió, la autorización para la salida al mercado de Posilac. Noventa días más tarde - el plazo legal -, exactamente el 4 de febrero de 1994, las camionetas de Federal Express surcaban los campos de estadounidenses para entregar las primeras dosis de la hormona transgénica.

Seis días después el Federal Register publicaba una normativa titulada “Directiva sobre el etiquetado voluntario de la leche y los productos lácteos procedentes de vacas que no han sido tratadas con rBST”, cuyo objetivo es “prevenir de informaciones falsas o que llevan a error en relacción con la rBST”.

El autor constata sin pestañear: «La agencia ha encontrado que no había diferencia significativa entre la leche procedente de vacas tratadas y no tratadas» y por ello «no tiene ninguna autoridad para exigir el etiquetado de la leche procedente de vacas tratadas con rBST». En otras palabras: la FDA no exigirá a los productores de leche que utilicen la hormona transgénica de crecimiento que lo indiquen a los cooperativistas o a los distribuidores de productos lacteos; por consiguiente la leche salida de la rBGH se mezclará con la leche natural, sin ninguna mención especial.

Y ¿qué pasa con los que desean a toda costa beber leche natural? Pues bien, quienes se la suministran no tendrán derecho a poner una simple etiqueta “sin rBGH”. El argumento de la FDA no deja de ser sorprendente: «Dado que la leche contiene naturalmente la BST, ninguna leche puede ser declarada “sin BST” y, por consiguiente un etiquetado indicando “sin rBGH” sería erróneo. Además la FDA considera que el término “sin BST” implica que la leche procedente de vacas no tratadas es más sana y de mejor calidad que la procedente de vacas tratadas, lo cual es falso y engañoso».
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Esa es la razón por lo que nos interesamos por los “pequeños detalles”, porque dicha multinacional no dejó ningún cabo sin atar.

Seamos pues precisos. La persona que redactó el texto es... Margaret Miller, la ex empleada de Monsanto convertida en uno de los jefes de CVM. En cualquier caso, esto es lo que afirmaban los “lanzadores de alertas” del CVM en su carta anónima de 1994: «Nos preocupa la reciente decisión de la FDA de no etiquetar la leche tratada con BST. Esta recomendación la escribió la doctora Margaret Millar, asistente del director. [...] No obstante, antes de entrar en la FDA, la doctora Millar trabajó para la compañía Monsanto como investigadora de la BST. Nos parece que es un caso fragante de conflictos de intereses. Como usted sabe, si la leche se etiqueta como precedente de vacas tratadas con la BST, los consumidores no la comprarán y Monsanto perderá mucho dinero».
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En 2003 le tocó a la mayor compañía lechera de Nueva Inglaterra, Oakhurst Dairy Inc., encontrarse en el banquillo de los acusados. Esta empresa familiar había aumentado claramente sus ventas (85 millones de dólares) etiquetando: “Nuestros granjeros se comprometen a no utilizar la hormona de crecimiento artificial”. En contrapartida pagaba una una bonificación a sus productores. Monsanto no dudó en perseguirla escudándose en que la etiqueta constituía «una denigración del uso de las hormonas de crecimiento en el ganado». «No cederemos», había declarado Stanley T. Bennett, presidente de la Oakhurst Dairy Inc, «porque consideramos que nuestros clientes tienen derecho a saber lo qué hay en su leche». Sin embargo, lo mismo que su colega de Davenport, la empresa tuvo que transigir añadiendo la famosa fracesita: «La FDA no ha constatado ninguna diferencia significativa entre la leche derevada de vacas tratadas con la rBST y la de las vacas no tratadas».


HECATOMBE EN LAS GRANJAS

«Mire», me dice John Kinsman, «he guardado una octavilla publicitaria de Monsanto elogiando las maravillas del Polisac». «Las vacas tratadas con Polisac gozan de muy buena salud. [...] Los rendimientos de los terneros nacidos de las vacas tratadas son excelentes».

«¡Es falso!», se subleva Ferry. «Utilice la hormona de crecimiento en doce vacas de mi rebaño. En seguida me di cuenta de que perdían mucho peso. Yo no paraba de aumentar sus raciones alimenticias pero no había nada que hacer, adelgazaban a ojos vista. Al final del periodo de lactancia quise inseminarlas, lo intente cuatro o cinco veces, pero nunca funcionó. Ninguna de las vacas a las que había inyectado me dio terneros. Al final las vendí al matadero.»


La lista de los efectos secundarios es larga, como indica Monsanto en los envoltorios del Posilac, citamos por ejemplo la posibilidad de observar “un aumento de casos de cistitis de los ovarios y desordenes uterinos”, “una disminución de gestación y del peso de los terneros”, “subidas de fiebre sin relación con una enfermedad”, “aumento de desordenes digestivos como indigestión o diarrea” o todavía “lesiones en las ubres” que se constituyen a la altura de los punto de inyección y lleva a veces a la necrosis de los tejidos....Para acabar, uno de los mas terribles efectos segundarios interviene en caso de suspender el tratamiento, porque el posilac actúa como una droga y en caso de interrupción la vaca puede presentar síntomas de falta que la pueden llevar a la muerte, lo que le dio al Posilac el apodo de “crack de las vacas”....

http://www.combat-monsanto.es/spip.php?article234


«Eso es lo que ocurrió a varios granjeros de Wisconsin», comenta John Kinsman que me remite a un estudio publicado en 1995 para la Wisconsin Farmers Union. A finales del verano de 1994, seis meses después de la salida al mercado del Posilac, la organización campesina decide poner un número gratuito destinado a los usuarios de la hormona.
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En seguida el telefono gratuito está desbordado: llaman ganaderos de todos los rincones de Estados Unidos. Por ejemplo, Melvin Van Heel – 70 vacas en Minnesota – cuenta que ya no sabe como curar a las vacas que padecen mamitis y unos abscesos enormes en los puntos en los que se inyecta. Al Core – 150 vacas en Florida – constata que sus vacas ya no pueden andar debido al peso de las ubres, que se han vuelto enormes, y cojean debido a heridas en las patas y en las pezuñas; además, tres vacas tratadas han parido terneros mostruosos (con patas por encima de la cabeza o con el estomago salido).
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Leyendo este informe apocalíptico, me acuerdo de la emotiva reflexión que había hecho el doctor Richard Burroghs, el veterinario dspedido de la FDA. «Lo que se inflinge a las vacas es terrible», había murmurado. «Para poder transformarlas en una fábrica de leche, se las obliga a tirar de sus reservas sin cesar, lo que les provoca fragilidad ósea. Sobrecargadas por unas ubres monstruosas, cojean y apenas se mantienen de pie...»


LA PRENSA.

- ¿Y como se comportó la prensa en todo esto? – Pregunté.
- ¡Ah, la prensa! – suspira el profesor Epstein -. Se mojó muy poco, bien porque no entendían nada en esta historia de la hormona transgénica, bien porque estaba cegada por la aureola de respetabilidad que rodea a la FDA: es verdad, ¿cómo imaginar la que la célebre agencia haya traicionado hasta ese punto su misión?. Los pocos periodistas que verdaderamente hicieron su trabajo fueron sancionados, como Jane Akre y Steve Wilson.


Convertida en uno de los símbolos de la censura de la prensa estadounidense, esta pareja de periodistas fue contratada el 18 de noviembre de 1996 por el Channel 13, que pertenece al grupo WTVT (New World Communications of Tampa) para trabajar en un programa de investigación anunciado con gran profusión de publicidad: «Los investigadores. ¡Ellos desvelan la realidad! ¡Ellos les protegen!»
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Mientras tanto, un “detalle” importante, el grupo New World Communications of Tampa y, por lo tanto, Channel 13, ha sido comprado Fox News, que pertenece a Ruppert Mudoch, el magnate de la prensa australo-estadounidense, famoso por su, digamos, concepción muy mercantil (y conservadora) del periodismo...

Una vez acabado el montaje la pareja enseña el reportaje a Daniel Webster, director de información, que, entusiasmado, decide difundirlo en cuatro partes y anunciarlo con una campaña radiofónica muy cara. Se fija la hora de la primera emisión para el lunes 24 de febrero de 1997 en hora de máxima audiencia...
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Bob Franklin, director general de la cadena, pide ver el reportaje: «Le pareció que estaba muy bien», recuerda Jane Akre, «y de común acuerdo decidimos proponer a Monsanto una nueva entrevista. La compañía nos pidió que le enviáramos previamente una lista de preguntas, lo cual hicimos, pero se negó a recibirme».

Unos días después llega otra carta a la sede de Fox News. Esta vez el tono es claramente amenazante: «Estoy muy sorprendido de ver que una semana después de mi primera carta detallada concerniente a las inquietudes de mi cliente, Monsanto ..., me veo obligado a escribirle una segunda vez para advertirle de que la situación no ha mejorado y que incluso se ha deteriorado claramente, dado el enfoque irresponsable de la señora Akre», escribe el abogado, que vilipendia las ocho preguntas planteadas por la periodista, en particular una sobre el “crack de las vacas”. «Estos puntos son difamatorios», prosigue, «y si se divulgaran por televisión podrían causar un grave perjuicio a mi cliente y tener graves consecuencias para Fox News».
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A partir de ese momento la guerra es abierta. En Tampa la dirige Dave Boylan, que aprovechando la compra de Channel 13 acaba de ser nombrado director general. Pide a ambos periodistas que revisen su trabajo y propongan una nueva versión del reportaje, cuya emisión ha sido anulada y retrasada sine die. «¡Volvimos a escribir el guión ochenta y tres veces!», dice divertida Jane, que ha conservado el borrador de todas las versiones. «Pero nunca convenía. Por ejemplo, no podíamos utilizar la palabra “cancerígeno”, sino que debíamos sustituirla por “posibles implicaciones para la salud”.», o teníamos que minimizar las compentencias del doctor Samuel Epstein, etc.

Carolyn Forrest, la abogada Fox News, revisaba atentamente cada versión y un día, exasperada, lanzó: «¿No lo entienden? ¡Lo que importa no es la veracidad de los hechos! Este reportaje no merece que nos arriesguemos a gastar varios cientos de miles de dólares en un proceso frente a Monsanto...».

El 16 de abril de 1997 Dave Boylan amenaza con echar a los dos periodistas por “insubordinación” si se niegan a volver a montar el reportaje siguiendo al pie de la letra las “recomendaciones” de Fox News: «Hemos pagado tres mil millones de dolares para comprar estas televisiones», se enfurece Dave Boylan. «¡Nosotros somos quienes decidimos cual debe ser el contenido de una información!». Steve Wilson replica que si el reportaje se difunde sin su consentimiento, lo denunciarán ante la Federal Communication Comisión por violación de la Communication Act de 1934.

El 6 de Mayo el nuevo director de Channel 13 cambia de táctica: propone a los dos periodistas pagarles un año de salario íntegro, beneficios incluidos (es decir 200.000 dólares), destinándolos a unos puestos ficticios de asesores. A cambio de este “retiro dorado” deben comprometerse a no contar nunca cómo censuró Fox News el reportaje ni lo que han descubierto de la rBGH. «¡Ponga su propuesta por escrito y la examinaremos!», responde Steve para gran sorpresa de Jane, que no tardará en comprender... El precioso documento constituirá un cuerpo del delito durante la demanda que interpondrá la pareja contra Fox News tras suplican su despido “sin motivo oficial” el 2 de diciembre de 1997.
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Durante dos años los abogados multiplican las demandas de nulidad para impedir que se celebre el proceso. Jane y Steve tienen que vender su casa para asegurar su defensa, pero obtienen una primera victoria: el caso será juzgado por un tribunal de Tampa en julio de 2000. Tras cinco semanas de audiencia, los jurados tienen que responder a una pregunta: «¿Consideran ustedes que la demandante, Jane Akre, ha demostrado, aportando pruebas suficientes y convincentes, que el demandado [...] ha puesto fin a su contrato de trabajo porque ella amenazó con revelar bajo juramento y por escrito a la Federal Comunnication Comissión la difusión de un reportaje falsificado, deformado o tendencioso...?». La respuesta del tribunal fue afirmativa y Jane obtiene 425.000 dólares por daños y perjuicios.
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Fox apela. El 14 de Febrero de 2003, golpe de efecto: ¡el tribunal de apelación de Florida revoca su decisión! Los jueces consideran que ninguna ley prohibe a una cadena de televisión mentir al público...

Así pues tras un fallo muy técnico que no aborda la cuestión de fondo – a saber la falta de honestidad de Fox News con relación a sus telespectadores – ambos periodistas son condenados a pagar a la cadena sus gastos de abogados, que se eleva al menos a ¡dos millones de dólares!

Insiste Jane, «...con lo que nos paso se comprende que el periodismo de investigación esté muerto en este país y que ningún periodista trate de ponerse en el camino de Monsanto».




Los primeros transgénicos.

El dramático caso del L-triptófano manipulado genéticamente, bien documentado por Jeffrey Smith.

El L-triptófano es un aminoácido que se encuentra de forma natural en el pavo, la leche, la levadura de cerveza o la manteca de cacao. Reconocido por favorecer la producción de serotonina, se prescribía como complemento alimentario para luchar contra el insomio, el estrés o la depresión. A finales de los años ochenta miles de estadounidenses padecieron una enfermedad misteriosa que será bautizada como “síndrome de eosinofilia-mialgia” (EMS en inglés), principalmente porque los dolores musculares (mialgia) eran un síntoma común en todas las víctimas. Éstas sufrían además una retahíla de males concurrentes: edemas, tos, erupciones cutáneas, dificultades respiratorias, endurecimiento de la piel, úlceras en la boca, náuseas, problemas visuales y de memoria, pérdida de cabello y parálisis.

La extraña epidemia fue advertida por primera vez el 7 de noviembre de 1989 por Tamar Stieber, un periodista de Albuquerque Journal, que habia constatado que todas las victimas habían consumido L-triptófano (su investigación le valió el premio Pullizer en 1990). Cuando conectó el suplemento con el raro trastorno de la sangre, inicialmente se tuvo que enfrentar a una amenaza de demanda, y al escepticismo inicial de la comunidad médica, pero cuatro días después, las autoridades médicas señalaban ciento cincuenta y cuatro casos, y la FDA pedía al público que dejara de consumir el complemento alimentario. Pero la lista de víctimas aumentará: un primer balance establecido en 1991 dejará constancia de treinta y siete muertos y 1500 discapacitados de por vida. Y según las estimaciones proporcionadas por después por el Center for Disease Control, el EMS habría matado en total a un centenar de pacientes, y enfermado o convertido en paralíticas a entre 5000 y 10000 personas.
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El fabricante modificó la estructura genética, hasta el punto que resulto que la última cepa (“Strain V”), contenía cinco transgénicos diferentes y una gran cantidad de impurezas.
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El experto Gerald Gleich señala: «La causa del EMS no es el triptófano, puesto que los individuos que consumieron los productos que no procedían de Showa Denko, sino de otros fabricantes, no desarrollaron la EMS».
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La FDA decidió en 1991 prohibir definitivamente la venta de L-triptófano, incluido el fabricado de manera convencional. También es cierto que en los informes oficiales que publicó después, ni siquiera evoca el hecho de que las cepas incriminadas fueran transgénicas.


1989: Primer transgénico "apto" para el consumo


El caso del L-triptófano es ejemplar por varias razones. Como subraya Jeffrey Smith en su libro Genetic Roulette, «se han necesitado años para identificar la epidemia. Si finalmente se descubrió se debe únicamente a que concernía a una enfermedad 1) rara, 2) aguda, 3) que sobrevino rápidamente, y 4) cuya fuente era única. Si hubiera faltada una de esas cuatro características puede que nunca se hubiera descubierto la epidemia. Del mismo modo, si unos ingredientes contenidos en los alimentos transgénicos crean unos efectos secundarios, es posible que nunca se detecten los problemas y sus fuentes».




Arpad Pusztai. 30 años de prestigio no son nada.

Una carrera de 30 años, terminada por salir en TV.


Hijo de un húngaro resistente a la ocupación nazi. Arpad Pusztai nació en Budapest en 1930. En 1956, cuando los tanques soviéticos avanzaban hacia la capital húngara, huyó a Austria, donde le concedieron el estatuto de refugiado político. Licenciado en química, obtuvo una beca de la Fundación Ford, la cual propone estudiar en el país que quiera. Elige Gran Bretaña, que para él representa “el país de la libertad y la tolerancia”. Tras obtener un doctorado de bioquímica en la Universidad de Londres es contratado por el prestigioso Instituto Rowett, considerado el mejor laboratorio europeo de nutrición. El investigador se especializa en lectinas, esas proteínas presentes de forma natural en algunas plantas, que tienen una función insecticida y protegen a éstas contra los ataques del pulgón. Si bien algunas lectinas son tóxicas, otras son inofensivas para el hombre y para los mamíferos, como la lectina procedente del narciso de las nieves, llamada “GNA”, a la que Arpad Pusztai consagró seis años de su vida (*). La pericia del bioquímico es tan reputada que, a pesar de haber llegado a la edad de jubilación, en 1995 el Instituto Rowett lo propone prolongar su contrato para que pueda dirigir un programa de investigación financiado por el Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Pesca escocés.

(*) Arpad Pusztai ha publicado doscientos setenta artículos científicos, sobre todo sobre las lectinas, en revistas internacionales de referencia.

Dotado con 1.600.000 libras (más de dos millones de euros), este sustancioso contrato que moviliza a unos treinta investigadores tiene el objetivo de evaluar el impacto de los OMG en la salud humana. «Todos estábamos muy entusiasmados», me expica Arpad Pusztai, «porque entonces no se había publicado ningún estudio científico sobre este tema, aunque en Estados Unidos se acababa de sembrar el primer cultivo de soja transgénica. El ministerio pensaba que nuestro estudio constituiría un apoyo a favor de los OMG en el momento de su llegada a los mercados británicos y europeo. Porque, por supuesto, nadie se imaginaba (empezando por mi, que era un ardiente partidario de la biotecnología) que íbamos a encontrarnos con problemas». El entusiasmo del científico es tal que cuando en 1996 se publica en The Journal Nutrition el estudio toxicológico de Monsanto sobre la soja Roundup ready, él considera que efectivamente es una “ciencia muy mala”, pero que por eso su equipo y él lo van a hacer mejor: “me decía a mi mismo, que si con un estudio científico digno de ese nombre podíamos demostrar que los OMG eran realmente inofensivos, entonces seríamos unos héroes”.

De acuerdo con el ministerio, el Instituto Rowett decide trabajar con patatas transgénicas, que sus investigadores ya han desarrollado con éxito, insertándoles el gen que fabrica la lectina del narciso de las nieves (GNA). «Los estudios preliminares habían demostrado que, efectivamente las patatas repelían los ataques del pulgón», me explica Arpad Pusztai. «Además sabíamos que en estado natural el GNA no era peligroso para las ratas, ni siquiera cuando absorbían una dosis ochocientas veces superior a la producida por los OMG. Por lo tanto nos quedaba evaluar los posibles efectos de las patatas transgénicas en las ratas».

«Mi primera sorpresa», recuerda el doctor Pusztai, «fue cuando analizamos la composición química de las patatas transgénicas. En primer lugar constatamos que no eran equivalentes a las patatas convencionales. Y a continuación que no eran equivalentes entre ellas, porque de un linaje a otro la cantidad de lectina podía variar un 20%. Es la primera vez que tuve dudas sobre el hecho de que la manipulación genética pueda ser considerada una tecnología, porque para un científico clásico como yo, el principio mismo de la tecnología significa que si un proceso produce un efecto, este efecto debe ser estrictamente el mismo si se repite en condiciones idénticas. En esto la técnica era aparentemente muy imprecisa, porque no engendraba el mismo efecto.»

- ¿Cómo se lo explica?

- Desgraciadamente solo tengo hipótesis que nunca he tenido los medios necesarios para verificar... Para comprender bien lo que se llama de manera impropia “biotecnología”, que generalmente se efectúa con un cañón de genes, basta con tomar la imagen de Guillermo Tell, al que se le tapan los ojos antes de que lance una flecha contra un blanco: es imposible saber en que parte de la célula a la que se dirige va a aterrizar el gen bombardeado. Creo que la localización aleatoria del gen explica la variabilidad en la expresión de la proteína, en este caso la lectina. Otra explicación se debe quizás a la presencia de lo que se denomina el “promotor 35S”, procedente del gen del virus del mosaico de la coliflor, destinado a promover la expresión de la proteína, pero del que nadie ha verificado qué efectos análogos podría engendrar. Pero lo cierto es que las patatas transgénicas provocaban unos efectos inesperados en los organismos de las ratas.

- ¿Qué efectos observaron ustedes?

De entrada, las ratas de los grupos experimentales presentaban unos cerebros, hígados y testículos menos desarrollados que las del grupo de control, así como unos tejidos atrofiados sobre todo en el páncreas y el intestino. Por otra parte constatamos una proliferación de las células en el estómago, y eso es inquietante, porque puede facilitar el desarrollo de tumores causados por productos químicos. Por último, el sistema inmunitario del estómago estaba sobrecalentado, lo que indicaba que los organismos de las ratas trataban a esas patatas como cuerpos extraños. Estábamos convencidos de lo que se encontraba en el origen de estas disfunciones era el proceso de manipulación genética y no el gen de la lectina, cuya inocuidad habíamos probado en estado natural. Aparentemente, al contrario de lo que afirmaba la FDA, la técnica de inserción no era una tecnología neutra, porque producía, por si misma, efectos inexplicados.


Profundamente preocupado , Arpad Pusztai compartio sus inquietudes con el director del instituto Rowett, el profesor Philipp James, que también es uno de los doce miembros del “Comité consultivo sobre los procesos y los alimentos nuevos”, encargado de evaluar en el Reino Unido la seguridad de los OMG antes de su salida al mercado. Convencido de la importancia de los resultados del estudio, el director le autoriza a participar en un programa de la BBC dedicado a la biotecnología grabado en Junio de 1998, es decir, seis semanas antes de su difusión, en presencia del director de relaciones públicas del Instituto. «Durante la entrevista», explica Arpad Pusztai «no di ningún detalle sobre el estudio que todavía no habíamos publicado, pero respondí francamente a las preguntas que se me hacían porque consideraba que tenía el deber moral de alertar a la sociedad británica sobre las incógnitas sanitarias que rodeaban a los OMG cuando se estaban importando de Estados Unidos los primeros alimentos transgénicos».

En diciembre de 1996 la Unión Europea autorizó la importación de la soja Roundup ready (al igual que un maiz Bt de Novartis) basándose en el estudio publicado ese mismo año por Monsanto.

En un primer momento los directivos del Instituto Rowett no tienen nada que objetar a la famosa frase, que se repite continuamente en el anuncio de World in Action el 9 de Agosto de 1998. Al día siguiente el Instituto está desbordado de peticiones de entrevista y el profesor James se da el gusto de elogiar los méritos de un estudio que consigue semejante publicidad. La noche de la emisión (el 10 de agosto) el director no puede evitar llamar a Arpad Pusztai para felicitarle por su proeza en la televisión. «Estaba muy entusiasmado», recuerda éste. «Después todo cambio bruscamente...»,

Se disuelve el equipo de investigación. Se confiscan los ordenadores y los documentos relacionados con el estudio y se cortan las líneas telefónicas. Arpad Pustztai es condenado a una gag order, una prohibición de comunicarse con la prensa bajo pena de diligencias judiciales. Empieza entonces una verdadera campaña de desinformación con el objetivo de emapañar su reputación y con ella la validez de su advertencia. Phillip James afirma en varias entrevistas que su investigador se ha equivocado y que contrariamente a lo que él creía no ha utilizado la lectina del narciso de las nieves, sino otra lectina llamada “Concanavalina A” (Con A), procedente de una judía sudamericana conocida por su toxicidad.


He aquí la historia completa, cuyo final es intuible:






Que nos enseña tanta inmoralidad.

Todo este post-denuncia, puede parecer fuera de lugar en este blog, ya que nada de lo mostrado es referente a las renovables, y sin embargo de algún modo, todo está relacionado.

MONSANTO es el máximo ejemplo de cómo este actual sistema imperante y sagrado llamado capitalismo, está haciendo estragos a nivel mundial, donde grandes corporaciones como ésta, dan muestra un día si y otro también, de la más absoluta falta de ética. Hay muchísimas otras compañías que comparativamente no son tan perversas, pero van a la zaga. Quizás un buen porcentaje de ellas, fueron fundadas hace un siglo persiguiendo un ideal noble, pero han terminado convirtiéndose en una mera cartera de valores que ansía maximizar el beneficio, bajo el equívoco paradigma actual de: Si da dinero, es bueno y justificable. Si no da dinero, no es una buena actividad (para la compañía, y por ende ¡para el mundo! ).

Solo daré un ejemplo español reciente, de la referida falta de ética, que comparativamente a lo aquí visto, puede parecer una falta menor, pero es ahí donde está el meollo de la cuestión. La falta de ética, es el problema en sí, y no en el qué, en el como, o en la gravedad. Quizás hace solo un lustro, la compañía referida, no tenía este comportamiento, que como hijo de un trabajador jubilado de la misma, siento vergüenza.

“Es significativo que quien más levanta la voz para cercenar una pujante industria nacional, es aquel que quiso ser el líder en termosolar hace dos años pero que fracasó al no recibir ninguna de las preasignaciones solicitadas” Valeriano Ruiz.

http://www.energias-renovables.com/energias/renovables/index/pag/Solar%20Termoel%C3%A9ctrica/colleft//colright/termoelectrica/tip/articulo/pagid/17965/botid/23/


El sistema capitalista, que se ha desregularizado desde los años 80 en pos del máximo beneficio, está actualmente devorando a sus hijos (me recuerda al famoso cuadro de Saturno pintado por Goya), y con ello devora su propia continuidad, a pesar de que las multinacionales acumulen cada vez más poder.

Pero también habría que mirar no solo, a toda la inmoralidad existente en el sistema actual, sino a nosotros mismos, y hacer una autocrítica de nuestro largo letargo complaciente por nuestro bienestar material (antes de la crisis).

Todos los que hemos nacido después de 1950 en las potencias occidentales, no hemos conocido otra cosa que un periodo libre de guerras, de mejora en la sanidad, y de otros beneficios, lo cual en si mismo, es algo bueno. Pero mientras a nosotros las cosas nos van “aparentemente” bien, los países pobres no pueden decir lo mismo, y si mostramos interés por ayudarlos, es muchas veces, a consecuencia de sus recursos (ej. Libia). Pero si hay algo que nos aclara por qué vamos a peor, es el mirar a la Tierra en su conjunto (la futura herencia de nuestros hijos) que en todo este tiempo, año tras año, la Tierra no hecho más que perder.


Se hace pues muy difícil pensar que algún año se produzca, la caída de la actual “Roma capitalista”, aunque todo empieza y todo termina. Si en cosa de una década llegáramos a forjar un nuevo sistema económico mundial, la primera piedra debería ser, el primer objetivo anterior a todo, que fuese justo y ético. Para ello, habría que definir muy claramente que significan estas palabras.

En el próximo post mostraremos un documental que trata todo esto más a fondo.

E insistimos. Hoy en día, la mentira, es en muchos casos, sinónimo de rentabilidad, y viceversa.



Donde comprar el libro "El mundo según Monsanto": http://www.edicionespeninsula.com/es/llibre/el-mundo-segun-monsanto_10504.html